Tabakalera de Donostia, un circo para "Balada triste de trompeta"
DONOSTIA. De la Iglesia ha explicado que tras su proyección en festivales como Venecia y Toronto y la presentación ayer en Alicante, donde rodó este trabajo, ha querido que su siguiente pase sea en su tierra, "en una pantalla de pueblo, con un proyector al viejo estilo".
Kutxa ha organizado una sesión restringida a 200 jóvenes guipuzcoanos y ha cubierto los espacios de la antigua fábrica de tabaco de luces y motivos circenses para una película "que no es de circo, sino de la gente que trabaja en el circo, en el mundo 'payasesco'", ha señalado el realizador bilbaino.
Ha dicho que es una cinta "muy extrema" y el decorado de hoy "lo hará todo muy caricaturesco y muy grotesco".
"Es muy trágica, muy divertida, muy dolorosa y muy incorrecta, pero curiosamente muy bien aceptada por todos", ha afirmado De la Iglesia, al que acompañaban dos de los actores del filme, Carlos Areces y Carolina Bang.
Lo que no se atreve su autor es a situarla "en un momento de su carrera". "Es como todas, una más, aunque forma parte de la trilogía de películas con entorno típico, épico y miserable, de muerte en las alturas".
Con "Balada triste de trompeta", que mezcla la Historia de España en los últimos 75 años con un duelo amoroso entre dos payasos, el llorón y el gracioso, por una misma mujer, Alex de la Iglesia ha querido exorcizar "los monstruos, ponerlos delante, sacar los cráneos a la palestra y jugar con ellos".
Ha llevado a la pantalla un pasado del que sabe que no es responsable pero del que se ha sentido culpable, incluidos los años de su infancia en que sentía la violencia "por todas partes". "Una gran violencia y una gran hostilidad continuas y aceptadas y, de alguna manera, mudas", ha precisado.
Es con el cine con el que ha logrado extirpar su sentimiento de culpa, una profesión con la que ha aprendido a persuadir e hipnotizar para conseguir sus propósitos, aunque hay personas, cualidades que destacó de él la ministra de Cultura, Ángeles González Sinde, cuando le entregó el Premio Nacional de Cinematografía.
"Tienes tantas ganas de hacer algo y tienes tan poco tiempo que no vale sólo con una mirada. Para convencer tienes que fascinar", ha subrayado.