Síguenos en redes sociales:

Ronaldo Nazario de Lima: “Valladolid tiene más marcha que Río de Janeiro”

Ronaldo Nazario de Lima: “Valladolid tiene más marcha que Río de Janeiro”

bilbao- Está esperando a que llegue el Carnaval de Valladolid. “Me han dicho que tiene más marcha que el de Río, aunque todavía no he visto el sambódromo”, asegura. Ronaldo, el verdadero, el primer Ronaldo, el Fenómeno, es un tipo sonriente y congraciado con la vida que está por descubrir que lo que arrasa en Valladolid es la Semana Santa y no el Carnaval. “A ver qué tal se mueven las garotas en el sambódromo de Valladolid. Es un espectáculo que admiro”, comenta esperanzado. Nadie le ha revelado aún que lo tradicional a orillas del Pisuerga es la jota al sonido de la dulzaina. Que también tiene lo suyo. Pero es otra cosa.

¿Qué tal se vive el fútbol desde el palco ahora que es presidente de un club de Primera División?

-Sufro mucho. En el campo lo resolvía todo corriendo a tope. Era yo como un gamo, ¿te acuerdas? Me mordía la punta de la lengua, miraba para abajo, arrancaba para la portería y ra-ra-ra todo tieso y luego patapún para dentro. Así de fácil es el fútbol. Pero en el palco y con la corbata está muy mal visto que me ponga a correr regateando directivos. Lo paso mal. No consigo quitarme los nervios de encima.

Usted que es un hombre tropical, ¿se adapta a Valladolid?

-Fíjate que he jugado también en Holanda, en Madrid, en Milán? que hace una rasca del carajo, pero lo de aquí es tremendo. Voy al estadio con calzoncillos térmicos y unos patucos de los que usan los niños en Alaska. No ha llegado diciembre y ya ha habido un par de días que se me han helado las cejas. Me he enterado de que la gente de aquí llama al Zorrilla “el estadio de la pulmonía”; desde luego, son unos optimistas.

¿Se terminará acostumbrando?

-Estoy en ello. Ya he pasado de las caipirinhas a los carajillos, de Gilberto Gil a los Celtas Cortos y del rodizio al lechazo, que está muy bueno. Me habían dicho que la gente de aquí era muy seria y no es para tanto: saludan por la calle.

¿Qué es lo que más añora de sus tiempos de futbolista?

-El cariño con el que me trataban los defensas rivales. Los que no me estaban abrazando todo el rato insistían en darme recuerdos para la familia. Otros querían regalarme cosas: te voy a mandar al dentista; te suelto un viaje que vas dando vueltas hasta Brasil. Cosas así me decían. Gente muy simpática. Sobre todo los argentinos y uruguayos. Me parece que en esos dos países tienen escuelas de literatura e improvisación para defensas centrales. Mantengo muy buenas relación con la mayoría de ellos.

¿Qué hay de sus excompañeros?

-Unos cracks. Cómo lo pasábamos. Ya sabes que se rumoreaba que Romario llegaba tarde a los entrenamientos. Eso es rotundamente falso. No llegaba tarde, sencillamente no llegaba. Y teníamos que engañarle con las horas de los partidos: siempre le decíamos que empezaba una hora o dos antes, por si acaso. ¡Pero cómo manejaba la bola. Impresionante. Hoy hubiera tenido problemas para jugar en la Liga Española: piensa que se juegan partidos de Primera por las mañanas. Qué tío, le pirraba el merengue. Ahora es político en Brasil. No da mítines antes de las seis de la tarde.

¿Y Ronaldinho?

-¡Qué figura! Se traía una escuela de batucada al campo para que le llevaran el ritmo del entrenamiento. Y su ponchera, siempre con hielo pilé y pajita. Pero era un tipo que asustaba, sobre todo cuando bostezaba y le veías toda la boca abierta. La imagen aún me pone los pelos de punta. Eso sí, menuda pierna izquierda. Ponía la pelota donde quería. Y qué imaginación. Ha sido el primer futbolista cuántico de la historia: los defensas se veían obligados a marcarle donde estaba y donde podía estar. Una cosa de locos.

Usted se hizo famoso por una especie de tupé triangular que se dejó en la cabeza afeitada.

-Voy a desvelar la verdad de una vez por todas. Ni una apuesta, ni una sutil campaña comercial ni nada de eso. Entonces estaba yo muy enamorado de una chica que era lo más despistado que he conocido. Después de una maravillosa noche de amor me quedé dormido entre sus piernas. Ella era modelo de lencería, tenía sesión de fotos esa mañana y decidió rasurarse las ingles. Con las prisas, me dejó la cabeza así. Tuve que seguir una temporada con ese estilismo. Convencí a la chica para que se hiciera la depilación láser y no volvimos a sufrir esos problemas.

¿Qué opina de los futbolistas de hoy en día?

-Que cuidándose y entrenando a tope es Bota de Oro cualquiera. El mérito lo tienen algunos excompañeros míos que se salían de la tabla recién llegados de una fiesta en la playa o de la discoteca. Para eso sí que hay ser un crack. ¿En qué fecha es el Carnaval de Valladolid? Es que no he encontrado ningún cartel.