Los Alba, una familia bajo los focos

Carlos Fitz-James Stuart y Martínez de Irujo, XIX duque de Alba, comentaba este verano, lacónico y escueto, que las relaciones entre los seis hermanos son buenas, asunto que antes y después de la muerte de su madre ha provocado ríos de tinta. Ha vuelto a saltar a los medios hace una semana, cuando se celebró en Sevilla una misa funeral en el primer aniversario de la muerte de la duquesa a la que solo asistieron tres de sus seis hijos, además de su viudo, Alfonso Díez. Al oficio religioso, celebrado en la iglesia de la Hermandad del Cristo de los Gitanos, sólo asistieron el primogénito y heredero del ducado, Carlos, y sus hermanos Alfonso y Fernando. Jacobo, que tuvo sus más y sus menos con su madre a propósito del reparto de la herencia, que la duquesa quiso realizar en vida, ni estuvo ni justificó públicamente su ausencia, si bien en un banco de la iglesia estaba su hijo. Un viaje a Estados Unidos por “motivos profesionales”, se supo días después del funeral, impidió a la benjamina de la familia, Eugenia, su ojito derecho, estar en la misa funeral. Esta misma semana en Barcelona, a donde acudió a una gala solidaria, la duquesa de Montoro dijo a los periodistas que a ella no le hacen falta misas, que lleva a su madre “en el corazón” y “siempre en el recuerdo”. Cayetano, que no atraviesa una buena racha de salud, tenía un motivo más que justificado para no estar en el funeral, ya que el viernes seguía ingresado en la clínica madrileña donde fue operado el día 15 de una obstrucción intestinal. La misma dolencia que unos días antes en Sevilla, concretamente el 10 de noviembre, ya le obligó a entrar en un quirófano de la clínica Santa Isabel. “Por este motivo, y muy a mi pesar -informaba la víspera del funeral en un comunicado- no podré estar presente en el funeral de mi madre, junto a mis hermanos, viudo y demás familiares y allegados”. Su estado de salud parece haber mejorado, pues el jueves anunció que ha organizado, el 10 de diciembre en Madrid, un homenaje en memoria de su madre “en reconocimiento a su labor como impulsora del proyecto gastronómico de la Casa de Alba”. Le acompañará su hermano y XIX duque de Alba, Carlos.

En vida de Cayetana de Alba, la Casa más noble y aristocrática de cuantas hay en España, cuyos orígenes se remontan al siglo XV, puso en marcha un proyecto empresarial liderado por Cayetano para comercializar productos -aceite, embutidos, dulces,...- con el escudo nobiliario de los Alba en sus etiquetas y procedentes de sus muchas explotaciones agrícolas y ganaderas. Cayetano es, de los seis hermanos, el que ha tenido menos reparos en hablar públicamente sobre cuestiones familiares, unas más polémicas que otras. En una conversación con Risto Mejide, el conde de Salvatierra no ocultaba este mismo mes cierto malestar por el reparto de la imponente herencia familiar. “Es duro que te toque un pedacito pequeño, porque haber llevado todo esto hasta aquí ha supuesto un gran desgaste económico. No obstante, jamás le quité el protagonismo a mi hermano Carlos, porque él es el duque de Alba y lo hará muy bien”.