EL diccionario panhispánico de la RAE es muy conciso y escueto a la hora de definir la expresión en busca y captura, cuando puntualiza que el término hace referencia a la “orden de un juez para que se investigue el paradero y se detenga a un investigado o a un reo”. La calle, menos académica y más propicia a adueñarse de expresiones que le encajen, usan esa alocución con más soltura. Hoy se propone algo similar para este artículo que zarpa en pos de dibujos de K-Toño Frade a seis meses vista de sus octogésimo aniversario (quieren hacer una exposición retrospectiva de la que les hablaré más adelante...) y de colaboraciones con La Gota de Leche de Bilbao, que ayer celebró sus doce años de vida en el hotel Ilunion de Rodríguez Arias. Cuadros y esperanzas, ya ven, en busca y captura.

Sigamos un cuadro cronológico. La historia comenzó en el rincón K-Toño Frade instalado en la charcutería La Moderna, nave nodriza de la familia Thate. Allí se congregaron un puñado de amigos para poner en marcha el proyecto de realizar una exposición retrospectiva de los dibujos de este icónico retratista del costumbrismo bilbaino. La fecha elegida tiene un porqué. El calendario se enclavaba a seis meses justos del 17 de marzo de 2025, festividad de San Patricio, en que K-Toño cumpliría 80 años. Los amigos de K-Toño se juntaron para hacer una llamada a toda aquella persona que tenga en su poder obra del dibujante costumbrista para darle empaque a la muestra que ya tiene recopiladas casi un centenar de obras.

Los ayer presentes fueron un alma gemela de K-Toño en cantos, Piru Azua; el artista gráfico Asier Sanz; el viejo hostelero chirene Boni García, Kepa Elejoste, un bilbaino que parece rescatado de cualquiera de las láminas de K-Toño: el editor Beñat Arginzoniz, Iker Urkidi, nombre propio de Bilbao Historiko; Joserra Taranco, que tanto aportó para la cultura antes de pisar el Nirvana de la jubilación, Marino Montero, Rafael Beato, Tomás Ondarra, Josu Orue-Etxebarria y los propios Hermanos Thate, con Enrique Thate al frente de La Moderna, donde Maite Cerrón, Goreti López de Vergara e Isabel Mezquita trajinaban para que nada se detuviese en la tienda mientras se procedía a la petición universal, si me lo permiten decir así.

Ayer en la tarde en el Ilunion Hotels Bilbao, donde Álvaro Díaz-Munio es el rey, como en los viejos corridos mexicanos, se celebró la ceremonia de conmemoración del duodécimo aniversario de La Gota de Leche de Bilbao, entidad que se sujeta en la porfía del día a día de Julio Piñeiro, un tipo con una fe inquebrantable en el corazón de la buena gente. En la cita se invocó a la nostalgia y también se proclamó la búsqueda, con esperanzas, de los grandes corazones que aportan. Trabajan con la infancia y familias en riesgo de pobreza extrema. En los primeros años fue el propio K-Toño Frade el encargado de hacer los carteles y el último cuadro lo ha firmado Asier Sanz. A lo largo de los años han organizado 16 reconocimientos al personaje silencioso (el primero fue José Luis Martínez Bourio, decisión que anunció Valentín Moro, el Mago Valen...) de la villa de Bilbao; siete concursos de cata de leche; 8 olentzeros solidarios y 32 campañas solidarias invita a desayunar a un niño en pobreza extrema. Testigos de cuanto les cuento fueron dos presidentes de la institución como Rafa Soto y Natividad Ruano, Sonia Sáenz de Buruaga, Conchi Basabe, el Hermano Toño Pérez; dos magos del acordeón como Amagoia y Asier Loroño; Julio Alegría, Mariapi Alza, Marijo Villanueva; el txistulari Mikel Bilbao, Consuelo Bringas, junto a su hija, Ana Piñeiro y la nieta Irati Arce, el cantautor Iñaki Basabe, que fue quien rompió el primer silencio hace doce años, Marino Montero, Kepa Elejoste, Kike Pérez y una legión de amigos de la Gota de Leche que cada día trabaja duro para que la vida fluya, para que no se detenga.