EN el segundo año en el que presenta una de sus imágenes, el gernikarra Aitor Arana se ha hecho con el premio Argizaiola que reparte EHATE, la federación vasca de agrupaciones fotográficas. Integrante del club lPhotoka, el galardón premia a un autodidacta que comenzó su andadura en 2011, “con una cámara que ama me regaló”. Desde entonces, forma series fotográficas con un estilo muy personal que juegan con la luz y la oscuridad, entre otros muchos ingredientes. “Puede ser que hayan premiado un trabajo diferente,se titula Ametsetan”, confiesa un Arana que asegura recoger “satisfecho”los premios que pueda recibir, si bien “no busca el beneplácito, sino la satisfacción personal”.

Lejos de un fotógrafo al uso, los trabajos del gernikarra son “cocinados a fuego lento” y no solo se centran en una única imagen. “Cuentan historias”, puntualiza. Sus series comienzan con alguna idea que le viene a la cabeza y después empieza un largo proceso antes de plasmarla en fotografías, en el que implica a muchas más personas. “Creo un guión con el que trazo la historia, dibujo el storyboard, busco las localizaciones más idóneas y, después, echo mano de modelos que dan vida a la instantánea. Requiere una preparación de mucho tiempo”, narra. Además, dede hace unos cinco años cuenta con la implicación del alumnado del colegio San Jorge de maquillaje y caracterización de Santurtzi, a los que agradece “su colaboración”, al igual que “a todos los modelos que han posado para mi cámara y, cómo no, a la familia”. El fotógrafo afirma tener “una especie de fijación por los lugares abandonados, esos que parecen haberse quedado parados en el tiempo”. Es el caso de Ametsetan -incluida en la serie Degas in decay-, la fotografía con la que ha obtenido el Argizaiola, pero también de otros muchos trabajos.

Aunque la fotografía ocupa buena parte de su vida, a Arana no le son ajenos el comic, la literatura o el cine. De hecho, ha confeccionado las portadas de 19 libros e incluso desvela que le gustaría dirigir un cortometraje. “Siempre he estado metido en el mundo de la cultura, pero en la fotografía puedo dar rienda suelta a mis emociones”, asevera un autor cuyas imágenes se pueden ver en su web, www.aitorarana.com. Y que ha montado unas cuantas exposiciones y pertenece a Photoka, la agrupación fotográfica de Gernika-Lumo. Surgida en 2010, “es un espacio de encuentro en el que no solo compartimos afición. Aprendemos el uno del otro”, indica sobre el colectivo, que este octubre ha organizado la cuarta edición de su concurso, cuyo fallo se dará a conocer el 25 de ese mes. También ofrecen cursos para ir avanzando en las técnicas fotográficas, organizan quedadas, exposiciones y salidas y, buscan “sobre todo, un lugar en el que juntarnos para aprender, porque seguimos aprendiendo”, concluye. Sobre el futuro, apunta a diferentes iniciativas -una muestra en Madrid, por ejemplo-, incidiendo en una cuestión. “Aprender, continuar haciendo proyectos que me llenan y disponer de la libertad para hacerlo, que es lo que más valoro”.