Un punto negro de Sopela se ha transformado en un espacio "luminoso, amable y armónico" gracias al talento del pintor santurtziarra Jon Mao, que ha diseñado el mural Grulla sobre dorado con el propósito de dotar de luminosidad a una pared ubicada en la calle Enrique Urrutikoetxea, junto a las vías del metro.

Según explican desde el Ayuntamiento de Sopela, se trata de una zona que presentaba un aspecto "bastante degradado", pero que con esta nueva composición adquiere "un cariz mucho más colorido, luminoso y amable, dándole más visibilidad a la zona", asegura el alcalde de Sopela, Josu Landaluze.

En este sentido, la obra diseñada por Mao es un mural "envolvente" conformado por tres paredes que suman casi 300 metros cuadrados y 110 metros lineales y que nace de la premisa de crear un espacio de armonía, buscando transformar el aspecto de la zona de una manera "sugerente", de forma que "invitara a la gente a pasear por la zona o por lo menos quitarle esa sensación de ansiedad".

Antes de plasmar su obra sobre el terreno urbano, Mao encontró inspiración en los "jardines que rodean esta zona", que fueron los que le llevaron a pensar que "la naturaleza volvía un poco a recobrar este espacio demasiado urbano". El objetivo era traer de vuelta esa "amabilidad de la naturaleza con el simbolismo que además tiene la grulla por su connotación de felicidad y positivismo", destaca el muralista.

Sobre esta línea, los tres murales que decoran ya las paredes del vial sopeloztarra están inspirados en la cultura tradicional japonesa y conforman el ciclo vital de la grulla. En cada una de las paredes se puede contemplar una etapa concreta de este ciclo. Desde el cortejo y la crianza hasta las multitudinarias colonias que se reúnen por miles para iniciar sus largas migraciones.

Inmortalidad

La grulla como símbolo de vida eterna. A la hora de destacar las razones por las que se decantó por la grulla como elemento principal de la obra, Mao sostiene que es "el pájaro de la inmortalidad y se representa habitualmente con los atributos de la longevidad, paz y el vuelo sin sobresaltos, cosa que he querido plasmar en la obra".

En cuanto a la confección de este trabajo artístico, el artista ha empleado alrededor de cinco meses. A este respecto, el proceso de composición de la obra comenzó en septiembre del año pasado y su culminación ha sido un trabajo "titánico y complicado", admite Mao, debido a las dimensiones de la obra y la compleja ubicación de la misma. Sin embargo, el artista santurtziarra sostiene que más allá de los contratiempos ha sido una labor "totalmente enriquecedora y gratificante". "Los murales están situados en una zona de paso y el tránsito ha sido algo complejo y complicado, lo que ha hecho que la culminación de la obra se haya extendido más de lo esperado aunque creo que la gente ha sido consciente de que el tiempo era necesario para hacer esta obra", concluye.

Objetivo. El Ayuntamiento quería dotar de luminosidad a un punto negro del municipio

Idea. Los tres murales están inspirados en la cultura tradicional japonesa y conforman el ciclo vital de la grulla. En cada una de las paredes se puede contemplar una etapa concreta de este ciclo. La grulla simboliza la inmortalidad.

Estructura. La obra es un mural conformado por tres paredes que suman 110 metros lineales.

Artista. El trabajo es obra del pintor santurtziarra Jon Mao.