Los baserritarras y productores están sufriendo día a día las consecuencias de la pandemia. Y es que el hecho de no poder vender y exponer sus productos en las ferias complica y mucho su subsistencia. Ayer domingo, Berriz recuperó su tradicional feria hortofrutícola en el probaleku municipal. Enmarcada dentro de las fiestas de San Antonio, ya son cuarenta ediciones de una jornada más que arraigada en el municipio. Como era de esperar, no falló a la cita el berriztarra Juan Cruz Arriaga. A sus 80 años, continúa al pie del cañón. "Antes traíamos cuatro veces más de lo que se puede ver ahora. Mi mujer y yo le seguimos ayudando a nuestra hija; hoy hemos traído plantas y verduras que trabajamos en el caserío", explicó orgulloso desde su puesto el veterano productor.

Otro de los berriztarras que no se perdió la jornada fue Iñaki Bastida. Sonriente y muy cercano atendió a todas las personas que pasaban por el stand interesándose por sus manzanas, naranjas, mermeladas, huevos y txakoli. "La filosofía de esta feria consiste en que cada productor traiga lo que mejor que tiene. Con la ayuda del Ayuntamiento y lo que se consigue de las ventas, los productores organizamos diferentes viajes. Ahora lógicamente hemos parado, pero hemos viajado a Holanda, Alemania, Italia y por el Estado gracias a la feria y al buen ambiente que tenemos entre nosotros", valoró satisfecho.

Además de para berriztarras, la cita está dirigida a productores y baserritarras de la zona. Desde Mallabia acudió un año más Xabat Osa con su amplia variedad de dulces, pasteles y repostería. "Llevamos unos treinta años participando en esta feria. Yo tomé el relevo de mi padre y aquí estamos después de que la mayoría de ferias hayan estado paradas por la pandemia. El año pasado hicimos alguna, en Navidad también hemos hecho unas cuantas y ojalá empecemos a recuperarlas. Nosotros vivíamos de esto y con la pandemia tuvimos que reinventarnos abriendo restaurante y bar. La verdad que estamos ilusionados con volver a la calle porque esto es lo nuestro. En pandemia también se pueden organizar este tipo de ferias respetando las medidas de seguridad", reivindicó mallabitarra.

A pesar de las bajas temperaturas, el buen tiempo hizo que fueran bastantes las personas que se animaron a comprar algún producto. Muchos se decantaron también por el pan de Iñaki Uranga. "He perdido la cuenta de los años que llevamos viniendo a Berriz; es buena plaza y nos gusta el ambiente que se respira. Es la primera feria de año y para nosotros es fundamental recuperarlas poco a poco. Hemos mandado los papeles también para estar en la de San Blas, Abadiño; ojalá pueda celebrarse también", deseó el productor de Mañaria.

A medida que transcurría la jornada cada vez eran más los vecinos que se animaban a darse una vuelta por el probaleku. Muy satisfechos de poder vender sus productos se mostraron los productores, pero también los berriztarras que llevaron producto de calidad a casa. "Vengo todos los años a comprar alguna cosita; hoy me llevo patatas, puerros y pan", explicó Ana Mari Etxebarria añadiendo que "es una pena que cada vez haya menos baserritarras y eso se nota".

Hoy, Olimpiadas rurales

La programación festiva de San Antonio finalizará en la jornada de hoy con el concierto de Txomin Artola en la casa de cultura (17.30 horas) y las tradicionales Olimpiadas rurales en el frontón (19.30 horas). Dirigidas a mayores de 16 años, todos los integrantes del equipo deberán tomar parte en alguna de las pruebas. Además, los cuatro equipos participantes obligatoriamente tendrán que ser mixtos. En total se disputarán cinco pruebas, como recogida de mazorcas, carrera de tres, traslado en una carretilla de un compañero con los ojos tapados, mover un saco de 25 kilos y lanzamiento de txapela. En caso de empate, el campeón se decidirá mediante sokatira. En lo que a los premios se refiere, la mejor cuadrilla recibirá 250 euros, los segundos clasificados 200 euros mientras que los que terminen en tercer lugar recibirán 150 euros de reconocimiento.