RAS dos años sin poder reunirse por la pandemia del coronavirus, Fekoor celebró ayer domingo su fiesta asociativa en El Arenal de Bilbao con juegos infantiles, carpas informativas e incluso una actuación musical. "Podemos decir con orgullo que ni el coronavirus, ni la situación económica adversa, ni los distintos avatares de la vida han podido con nuestras entidades. Nos han tocado, pero no nos han hundido", celebraba Marcelino Fernández, portavoz de Fekoor. Y es que las 18 asociaciones que conforman la organización vizcaina continúan, tras la pandemia, conformando el mayor movimiento de la discapacidad orgánica y física de Bizkaia que apoya a a cerca de 9.000 personas con discapacidad y a sus familias.

Ayer domingo, cientos de personas se acercaron a los estands que estas asociaciones prepararon para darse a conocer entre la ciudadanía en los que vendían diversos artículos para ayudar en su financiación y ofrecían información sobre las diferentes enfermedades.

Antonia Gamero, presidenta de Eman Eskua, Asociación de Fibromialgia y Síndrome de Fatiga Crónica, explicaba la importancia de este evento porque, además de ofrecerles la oportunidad de darse a conocer, les permite informar a la ciudadanía sobre la propia enfermedad. "Mucha gente todavía no sabe lo que son estas enfermedades, por lo que además de dar a conocer la asociación y todo lo que hacemos, podemos dar información sobre las enfermedades, que son muy difíciles de diagnosticar porque que no se ven en ninguna prueba y es bueno saber los síntomas que tiene o puede tener los que las sufren", señalaba.

"Muchas veces andas de médico en médico, tardan en diagnosticarte porque todos los síntomas los miran por separado en vez de verlos en conjunto", afirmaba para aseverar la importancia de estos actos, que les da la oportunidad de difundir la información a más gente de la habitual. "A pesar de que llevamos 18 años como asociación no se nos conoce muy bien y esto nos da un impulso", remarcaba.

Por ello, el evento celebrado pretendía acercar a la ciudadanía "quienes somos, qué hacemos y qué aportamos a la sociedad", ya que, según indicó Marcelino, "en total, en Bizkaia viven más de 90.000 personas con algún grado de discapacidad reconocido, lo que supone el 5,8% de la población". Tras el parón por el covid, "hoy es más importante que nunca que se nos vea en la calle, que difundamos nuestra labor y que trabajemos todas las asociaciones en red, porque juntas somos más fuertes", señaló.

Según aseguró Ainhoa Salvador, de BENE, la Asociación de familiares y afectados por enfermedades neuromusculares de Bizkaia, que pertenece a Fekoor, la organización tiene "bases sólidas para reivindicar los derechos de las personas con discapacidad". En este sentido, "son muchos los retos que quedan por conquistar", reconocía Marcelino.

LOS RETOS A AFrONTAR

Entre los retos a conquistar, subrayó su visibilización a pie de calle, la difusión de su labor y el trabajo en red de todas las asociaciones porque "juntas somos más fuertes".

Otros de sus objetivos es consolidar la financiación pública para incrementar su actividad y mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad. "Sigue habiendo falta de accesibilidad en los entornos, espacios segregados, desigualdad en la atención sanitaria, carencias en la educación inclusiva y en la inserción laboral en empresa ordinaria, así como falta de apoyos económicos para costear, entre otras cuestiones, el recibo de la luz y las ayudas técnicas", desgranó.

Ante estas carencias, afirmó que el movimiento asociativo es "clave para lograr una alta calidad de vida y hacer efectiva nuestra participación en la sociedad" y subrayó que "para ello nos guiamos por una serie de principios: normalización, inclusión, equiparación de oportunidades y autodeterminación".