Gurs: “El sueño frustrado de Gernika Berri”
El Museo de la Paz abre una muestra sobre el campo de internamiento francés que albergó a 18.000 vascos
HUBO un tiempo, entre los años 1939 y 1945, en el que decenas de miles de personas se hacinaron en un campo levantado, a toda prisa y corriendo, para albergar a exiliados de la guerra civil –muchos de ellos vascos–, los denominados indeseables o judíos. Fue en terrenos de Gurs, localidad del Bearn francés donde se ubicó un campo “mal llamado de acogida” que pronto mutó “en un campo de internamiento con todas las letras”. Así lo asegura el historiador e investigador Josu Chueca, que participó en la inauguración ayer de la última exposición temporal del Museo de la Paz de Gernika sobre Gurs: el sueño frustrado de Gernika Berri, con la que el centro expositivo gernikarra “pretende abordar el tema sobre los campos de internamiento en Francia tras la retirada y el final de la guerra civil”.
No en vano, “lo que aquellos exiliados vascos pretendieron que fuera un nuevo Gernika Berri –un subcampo específico montado en Argeles sur Mer en el que se agruparon hasta 5.000 vascos– en el que aún tenían cierta libertad”, agregó Chueca, no llegó a serlo. “Lo bautizaron con ese nombre por el simbolismo que tenía para ellos la localidad foral”, rememora. Posteriormente, y ya con intercesión de las autoridades vascas de esa época, “la idea era montar un complejo similar en Iparralde”, si bien esa opción no fructificó por reticencias, “entre otros, de la derecha francesa de entonces; incluso de personajes del propio Iparralde, como Jean Ybarnégaray”, puntualiza Chueca.
Exterminio
No obstante, finalmente el emplazamiento elegido fue Gurs, en un campo de 28 hectáreas de extensión en el que miles de personas –gudaris, brigadistas o milicianos– convivieron “cautivos y en condiciones deplorables” entre 1939 y 1945. De hecho, y ya durante la última fase del campo de internamiento de Gurs, que “no fue un centro de internamiento sino de exterminio”, según apunta Chueca, fueron muchos los que terminaron siendo deportados a Mauthausen o Auschwitz. “El dolor, la agonía y la tortura se conjugaron en aquel lugar que es la historia del exilio y la muerte de muchos vascos”, manifestó el alcalde de Gernika-Lumo, José Mari Gorroño. “Trágico episodio” que es “parte de nuestra memoria histórica”, el primer edil llamó a “no olvidar” esos hechos. También estuvieron presentes en la presentación realizada ayer varios integrantes de L’Amicale de Camp de Gurs.
La muestra gratuita, que permanecerá en el Museo de la Paz hasta el 12 de mayo, está plagada de imágenes divididas en cinco secciones bien diferenciadas –creación del campo, Gernika Berri, de la acogida al exterminio, la muerte como memoria en Gurs...– “que nos acercan una página desconocida de nuestra historia cercana, a través de fotos, documentos, testimonios y numerosos objetos”, inciden desde el centro expositivo ubicado en Gernika-Lumo.