Euskadi está frenando notablemente el consumo del tabaco ya que el año pasado se alcanzó la prevalencia más baja desde 2010 que fue cuando empezó la caída. Hay un 19% de personas que fuma a diario, y un 23% que lo hizo en el último mes. Sin embargo, las autoridades sanitarias observan, preocupadas, que el cigarrillo electrónico se ha cuatriplicado desde 2017, pasando del 5% al 15% en 2023. “Es un producto que se vende con connotaciones ventajosas que no lo son. Es una manera de entrar en poblaciones que antes no fumaban. Nos preocupa el trasvase que puede haber y lo vamos a estudiar con más detalle”, explicó ayer la directora de Salud Pública y Adicciones, Itziar Larizgoitia. El incremento se da sobre todo en la población más joven ya que cuatro de cada diez hombres y tres de cada diez mujeres menores de 35 años vapean.

Según la Encuesta sobre Adicciones de Euskadi 2023, el número de personas que consume tabaco, cannabis y alcohol bajó el año pasado en la CAV. En la encuesta, presentada por la consejera de Salud, Gotzone Sagardui, y Larizgoitia, se destacó que los datos reflejan “un avance significativo en la mejora de los hábitos de vida de los vascos y las vascas, fruto en buena medida de las cuatro décadas que Euskadi lleva trabajando en el abordaje de las drogodependencias”.

En términos generales, el consumo de sustancias es mayor entre los hombres, con la excepción de los tranquilizantes. Este consumo disminuye con la edad, excepto en el caso de los psicofármacos. Las drogas de inicio más temprano son el tabaco y el alcohol donde se empieza en torno a los 16 años, y algo más tarde (sobre los 19) el cannabis; entre los 20 y 22 se adentran en el mundo de las drogas ilegales.

También se constata un descenso en el consumo diario de alcohol, salvo en el grupo de 55 a 74 años. La proporción de borracheras disminuye con respecto a 2017 y se aleja de las cifras de 2004-2006.

Además, el porcentaje de personas que no beben ningún día entre semana es alto, pero, por el contrario, el fin de semana se dispara ya que la mitad de la población ingiere alcohol “porque le gusta y para divertirse”.

Sin fentanilo

Mientras las estadísticas apuntan claras tendencias a la baja, Euskadi confirma el repunte del consumo experimental (alguna vez en la vida) de las drogas ilegales, es decir, sustancias que no han sido recetadas por un médico o compradas en la farmacia. En concreto hablamos de la cocaína y las anfetaminas, seguidas de cerca por el éxtasis y similares.

Cuestionada por el fentanillo, la denominada droga zombie que hace estragos en Estados Unidos, Larizgoitia aseguró que en Euskadi no se ha detectado este opioide en el mercado ilegal, y recordó que se usa como tratamiento médico en casos de dolor intenso.

Lo único que ha descendido con respecto a 2017, fecha de la anterior encuesta, es el consumo de cannabis. Los años de mayor consumo fueron 2004 y 2006 y a partir de entonces hay una bajada en todos los grupos de edad. A lo largo de toda la serie histórica desde 1992, los consumidores más frecuentes son jóvenes de 15 a 34 años.

Otra adiccion comportamental, la del juego, también ha bajado, siendo las loterías públicas la gran estrella. El juego en internet se da sobre todo entre jóvenes.

Mención aparte merecen los tranquilizantes que están siendo muy demandados por mujeres veteranas. El uso de píldoras para los nervios, ansiolíticos, pastillas para dormir, hipnóticos, y antidepresivos registra momentos de gran auge.

Y es que el consumo de tranquilizantes continúa la tendencia ascendente observada en mujeres a partir de 2010 y en hombres desde 2017, incrementándose con la edad. Se da la circunstancia de que las féminas mayores de 74 años bajo tratamiento con tranquilizantes son un 40%. Duplican en proporción a los varones de su misma edad que reciben dicho tratamiento.

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