El centro de fotografía y cine Photomuseum de Zarautz estrena programación hoy y lo hace con una exposición del durangarra Iban Gorriti. Nacido en Durango en enero de 1970, el autor exhibe su obra gráfica más ambiciosa captada en Marruecos en las últimas dos décadas. Bajo el título Essaouira - Haize Uria, la muestra recoge instantáneas de diapositiva, analógica, digital y móvil positivadas en gran formato. “Decía el aventurero Alex Supertramp que la felicidad solo es real cuando se comparte y siguiendo su lema, quería compartir mi exposición más ambiciosa con familia y amistades que se acerquen a un día tan importante para mí. También estaría encantado de que sea una excusa para conocer a más personas,“ desea quien firma en esta disciplina como Ibn Gorriti, sin la letra a de su nombre. Esta decisión tiene su razón. “Como son fotos de Marruecos, allí ibn, en árabe, significa hijo y para mí es todo un honor firmar como hijo de Gorriti, más, cuando por pura serendipia el día de apertura elegido por Photomuseum es la misma fecha en la que mi padre falleció justo ahora hace cinco años, por lo que le dedico la muestra por lo bueno y enriquecedor que fue siempre conmigo y dispuesto las 24 horas del día. Además, compartíamos el cariño por Marruecos”, reconoció emocionado.

En lo que a la exposición se refiere, arranca con un texto del propio Gorriti detallando su vínculo con familias amazigh con las que cohabita en sus viajes al país africano. Colma el pensamiento redactado con doce retratos etnográficos en blanco y negro de nativos del Alto Atlas. Entre ellos, incluye a sus dos hijos como puente emocional entre su identidad vasca y la amazigh, mal llamada bereber. Algunos de estos protagonistas fotografiados en Marruecos estarán presentes en la visita guiada que se llevará a cabo este domingo a las 12.00 horas, en el Photomuseum.

La segunda parte de la muestra está formada por una veintena de fotografías positivadas sobre un papel especial, tantas como años han pasado desde que conoció el país hollando el monte Toubkal, el más alto del norte de África. “En estas dos décadas he tomado fotos con diapositivas, al comienzo, analógico, digital y una con un móvil, porque en el momento que vi clara la foto era lo único que tenía a mano”, puntualiza su autor, quien ha obtenido premios de fotografía, así como literarios, música y cine.

Las instantáneas son en su mayoría en espacios naturales abiertos, con un poso onírico, muy documentales, y tienen una información visual precisa, inspiradora, que habla a los ojos de quien la visita. La llamativa y novedosa exposición podrá visitarse hasta el 18 de febrero en el Photomuseum.