La Diputación Foral de Bizkaia continúa trabajando para reforzar la atención a las personas en situación de exclusión social que no disponen de un hogar a través del programa Habitat Bizkaia, que cuenta ya con un total de 30 viviendas.

Según dio a conocer ayer la institución foral, el Departamento de Empleo, Cohesión Social e Igualdad ha suscrito un convenio de colaboración con el Ayuntamiento de Durango que suma una nueva vivienda a este programa que ofrece un hogar a personas en alta exclusión social o situaciones de sinhogarismo.

En base al citado convenio, el consistorio de Durango pondrá a su disposición una vivienda de propiedad municipal durante al menos los próximos cuatro años, con la posibilidad de ampliar por un periodo de otros cuatro años más.

Según explicó la diputada responsable del Departamento de Empleo, Cohesión Social e Igualdad, Teresa Laespada, la apuesta por este programa se comprueba al ver su evolución, ya que “ha llegado ya a las treinta viviendas de uso unipersonal desde las siete viviendas que se pusieron en marcha con su inicio en el año 2016”. Por su parte, el director general de Inclusión Social de la Diputación Foral de Bizkaia, Óscar Seco; la alcaldesa de Durango, Mireia Elkoroiribe, y la primera teniente de alcalde y delegada del área de Ciudadanía del Ayuntamiento de Durango, Jesica Ruiz Pérez, visitaron una de las viviendas del programa Habitat Bizkaia en el municipio.

Vivienda asequible y permanente

Habitat Bizkaia es un programa concebido conforme a la metodología Housing First, que basa su modelo en la intervención temprana en vivienda, proporcionando pisos asequibles y permanentes a personas que vienen directamente desde la calle o desde dispositivos de emergencia, ofreciendo un apoyo social y de salud intensivo. Su idea principal es que la vivienda es lo primero que se debe facilitar a las personas, además de apoyo para poder mantenerse en ella.

El programa Habitat Bizkaia, desarrollado y financiado íntegramente por la Diputación de Bizkaia, tiene como objetivo prioritario alojar a la persona en una vivienda estable tan pronto como sea posible, aplicando los siguientes principios básicos: consideración de la vivienda como un derecho humano básico, respeto y cercanía hacia todas las personas usuarias, compromiso de trabajar junto a las personas usuarias durante todo el tiempo que lo precisen, alojamiento en viviendas dispersas e independientes, separación de los servicios de vivienda y tratamiento –en la medida en que el acceso a la vivienda se considera un derecho y el tratamiento una opción personal–, elección y autodeterminación, y orientación hacia la recuperación y reducción de daños.

Se trata de una iniciativa que se engloba en el ámbito de la red de atención a las personas afectadas por una situación de sinhogarismo y exclusión social que, por sus características personales y necesidades sociales, requieren de un tratamiento específico que comienza por la asignación de vivienda como punto de anclaje a la sociedad.

Habitat Bizkaia es, tal y como resumieron en la institución foral, “un programa que ofrece una última esperanza a las personas más desplazadas, a las más excluidas y vulnerables de nuestra sociedad”.

Tradicionalmente, según recordaron desde la entidad foral, “se ha abordado el fenómeno del sinhogarismo como una cuestión de política social, buscándose soluciones a través de dispositivos especializados de alojamiento”, como albergues, pisos tutelados, pensiones y hostales. En los últimos años, sin embargo, tal y como destacaron, se le ha ido dando una mayor importancia al papel de la vivienda en la erradicación de dicho fenómeno.

Según informaron desde el Departamento de Empleo, Cohesión Social e Igualdad de la Diputación vizcaina, la evaluación externa a la que se ha sometido el programa ha concluido que Habitat Bizkaia “es eficaz en el proceso de inclusión social de personas sin hogar, alcanzando la mayoría de los objetivos de incremento de calidad de vida, integración y apoyo social de las personas usuarias”.