Conocedor a la perfección del desarrollo de la iniciativa desde sus inicios, el director de Cities Lab Katedra valora muy positivamente la recién clausurada edición de Making Cities 2030.
¿Cuál es el balance que hace de esta segunda edición?
Este año estamos especialmente satisfechos de cómo se ha desarrollado el certamen. No podemos olvidar que en la anterior la pandemia nos sacudió de lleno, y que todo lo que habíamos diseñado para llevar a cabo en un contexto de participación presencial y de relacón entre los centros, no se pudo llevar a efecto.
¿Pero esta segunda edición también ha estado condicionada en determinados momentos por la pandemia?
Sí, dejando al margen momentos concretos como los sobresaltos de la sexta ola durante los meses de noviembre y diciembre, hemos tenido la fortuna de poder asegurar la continuidad de la convocatoria.
¿El número de proyectos que han llegado a la final es un ejemplo del éxito de esta edición?
Que hayan llegado a la final 28 proyectos de los más de 50 que comenzaron yo creo que está francamente bien. En comparación a la primera edición el incremento es importante, ya que en 2021 fueron nueve los proyectos que se presentaron a el festiva.
¿Y qué me puede decir del nivel de los proyectos?
Que han sido muy buenos y variados. Unos en la línea más generalista, la de intentar abordar el desarrollo sostenible en su integridad, y otros, se han centrado más en temas concretos vinculados con lo cultural, con aspectos relacionados con la igualdad, emigración... Son proyectos que dan idea de la potencialidad que los jóvenes tienen para enfrentarse a los retos del desarrollo sostenible de su entorno.
Los centros participantes y los alumnos, ¿cómo han vivido la experiencia?
Con una gran implicación. En el caso de los estudiantes, participar en este proyecto da otra perspectiva a sus estudios, y al mismo tiempo les acerca y les hace tomar parte en la realidad de su entorno.
Making Cities está dirigida a la participación de centros escolares de Euskadi, pero también a los de Aragón, Cantabria y La Rioja. ¿Cuál es la procedencia de los proyectos que han optado a premio?
Los participantes de esta edición son la mayoría de centros escolares de la Comunidad Autónoma Vasca. Yo creo que en esto también ha incidido mucho la pandemia.
¿Existe en Euskadi tradición por participar en este tipo de iniciativas?
Sí, sí existe. Hay iniciativas en campos distintos que se han hecho fuertes y que cuentan con la participación de los centros escolares, lo que resulta muy beneficioso para los centros al hacerles que tengan una cultura de trabajo por proyectos.
Una vez clausurada la 2º edición y tras la entrega de premios, ¿ya están pensando en la tercera edición?
Contar con dos ediciones creo que puede ser una señal de consolidación del certamen y que se pueda pensar en seguir celebrándo todos los años. No hay duda de que es muy importante la continuidad de BBVA como mecenazgo del proyecto. En mi opinión, creo que es una experiencia que va a seguir.
¿Están pensando en alguna novedad para próximas ediciones?
Nuestra idea seria ampliar el marco territorial. Desde los inicios pensamos en una iniciativa que desde Euskadi se convocase al mundo entero. No vemos la necesidad de que los centros escolares sean de aquí o de allá, si no que, esté donde esté, tenga interés de plantearse un reto. Lo que sí tenemos claro es que el evento se tiene que celebrar en Euskadi.
¿Qué puede aportar abrir la convocatoria a centros de cualquier lugar de procedencia?
Una fuente de enriquecimiento y de inspiración para todos nuestros chavales que están trabajando en esta líneas de reflexión.
¿Cree que los proyectos presentes en Making Cities pueden llegar a hacerse realidad?
Realmente esa es nuestra propuesta.