"Un hombre con muchos secretos y siempre en la zona gris de la vida, una extraña pelirroja, dos pueblos completamente diferentes, uno en el País Vasco y otro en Castilla, dos historias unidas en el presente y todo ello en dos noches sin luna". Así de críptica es la sinopsis de la segunda novela del escritor trapagarandarra Ander Serrano, editada el pasado mes de abril que sin embargo por la cuestión de los aforos que ha ido marcando la pandemia no ha podido presentarse ante sus vecinos hasta el pasado mes de noviembre. Eso sí, la presentación de Dos noches sin luna se hizo por todo lo alto en el Palacio de Olaso, sede de la Kultur Etxea, donde un nutrido grupo de personas pudo conocer de mano de este educador social que apenas ha dado un par de brazadas en la cuarentena de la vida los pormenores de su segunda incursión en la narrativa comercial. "Yo jamás había escrito nada salvo lo que escribíamos en el colegio o en el instituto, pero no sé por qué empecé a escribir pequeñas historias, tonterías de adolescente y es algo que he mantenido en forma de relatos cortos, algunos estúpidos, pero que siempre han ido al cajón y se quedaban ahí para mí. Con el paso de los años, cuando tendría unos 30 años me propuse escribir una novela y al final en 2017 acabé mi primera novela La oveja en el túnel que fue finalista del premio Euskadi de Literatura en 2019", señala este padre de familia que no duda en agradecer a su mujer, María Nuñez, su tozudez "para que diera el paso y no dejará la obra en el cajón".

Una obra que, como reconoce Ander, tuvo su principal reto en que era la primera vez que escribía para que otros lo leyeran. "Esta nueva novela no tiene nada que ver con mi obra anterior. La anterior era una obra más realista, de vidas comunes como se suele decir, mientras que esta es una novela negra, casi un thriller. Técnicamente me ha resultado más difícil esta porque son dos líneas temporales, una historia del pasado y otra del presente que hay que unir por lo que te obliga a hilar muy fino para saber en qué momento tienes que parar o en qué momento cerrar un capítulo para no ir desvelando cosas de la otra historia. Por ello me ha resultado más complicado", detalla este joven que se reafirma en el carácter de hobby de su producción novelística.

Con su reciente trabajo literario su intención confesa era desarrollar una tensión en el lector, investigar sobre el lenguaje del suspense, del thriller y hacerlo en primera persona. "El thriller es un estilo que a mí me gusta mucho leer y siempre había pensado en escribir un libro de suspense que a mí me gustara leer", asegura Ander Serrano. Para el autor, los personajes son el eje motor de la historia. "A los personajes les doy mucha importancia y el protagonista tiene mucho peso y por ello he dedicado muchas palabras a describirlo y hablar de él. Un personaje que es un quinquia, que vive de lo que puede, de trapicheos y de trabajos legales y que va buscándose la vida como buenamente puede. Un superviviente con un toque canalla, una especie de Makinavaja, el último choriso define Serrano quien previene al lector de que su obra no es una novela de acción trepidante.

"El libro tiene acción, pero tampoco es una novela donde haya mil y una peripecias, escenarios o situaciones. Es sobre todo una obra de tensión que se traduce en los diálogos que tienen el quinquia. Son diálogos en los que hablan de cosas que no están ocurriendo, que no parecen. Es casi más importante lo que no se dice que lo que se cuenta. Hay un punto oscuro entre los dos personajes cada vez que están juntos que es lo que genera la intriga y el suspense sobre lo que va a pasar", apostilla este escritor que ya tiene acabada su tercera propuesta: una comedia. "Me gusta el género pero no creía que fuera tan difícil hacer reír". Aún no hay fecha de salida. Nos quedamos con la intriga.

"El personaje central es un 'quinqui', una persona que siempre se mueve en el filo de la navaja"

Escritor