Güeñes - La iglesia de San Vicente de Sodupe, la basílica de Begoña, la de Covadonga, la catedral de Santiago de Compostela y la de Saint Patrick, en Dublín. A todos estos escenarios que han oído cantar a la coral Mendi Ona se une la ermita de San Antolín de Alonsotegi. Con su actuación en la gala de entrega de los XI Laboral Kutxa DEIA Hemendik sariak escriben otra partitura en un camino iniciado en 2000 con ese mismo nombre, aunque la afición a la música ya se había manifestado antes en Sodupe.
“Ya en los años 60 existía un coro, compuesto por unas 50 voces, que dirigía el sacerdote Don Santiago Lumbreras. Al ser trasladado de parroquia, la agrupación continuó durante un tiempo, hasta su disolución”, narra el presidente, Txetxu Gorbeña. Más tarde, surgiría otro coro de nombre Lagun Abesbatza bajo la batuta del sacerdote Don Lucio Beraza. Muchos de sus componentes se apuntaron a Mendi Ona cuando el proyecto se refundó hace ahora 18 años tomando el nombre de un monte cercano. Mari Ángeles Pérez fue su primera directora hasta que en 2002 partió a vivir al extranjero. Desde 2007 coordina los ensayos Idoia Terreros, que también está al frente del coro Isasiko Ama de Gordexola.
Actualmente forman la agrupación “32 voces mixtas, con mayoría de mujeres” con el deseo de propiciar el relevo generacional, ya que la media de edad tiende a crecer sin que los jóvenes lleguen a tomar el testigo. Tarea complicada, como han podido comprobar en la suerte de algunos grupos hermanos de municipios cercanos. El encuentro de corales de Bizkaia en la basílica de Begoña es la cita que esperan con más expectación, por el elevado nivel de calidad y el significado del escenario. Además, todos los años ofrecen un concierto navideño en Sodupe e interpretan de los villancicos más populares en los cuatro principales núcleos urbanos de Güeñes.
Su presencia en los XI Laboral Kutxa DEIA Hemendik sariak supone el punto de partida de un otoño cargado de música: en octubre intervendrán en la fiesta de los txikiteros en el casco viejo de Bilbao, en el acto inaugural del Fair Saturday el 23 de noviembre con otras agrupaciones corales y en una velada benéfica para concienciar sobre el Parkinson, al día siguiente en la iglesia de Sodupe.
También hacen gala de su versatilidad con un repertorio que abarca desde las canciones vascas de diversos formatos a habaneras, bandas sonoras de películas, música religiosa o temas típicos de otros países y culturas en eventos privados. Así, en las bodas “nos suelen pedir Hasta mi final, de Il Divo, para el momento en el que entra de la novia y Siyahamba para cuando lo hace novio”. Y, cada vez más, se requiere la presencia de Mendi Ona en funerales.
En el extranjero Los coralistas procuran organizar salidas fuera de Enkarterri, “siempre incluyendo algún encuentro musical”. La próxima llegará en octubre a Zamora, pero antes desafiaron a las previsiones de un temporal de nieve para volar a Praga y se encontraron con la capital de la República Checa a -14 grados. El frío no impidió que disfrutaran de una experiencia inolvidable.
Al igual que la que vivieron en la catedral de Santiago de Compostela. “En la misa mayor de los peregrinos vimos el botafumeiro en acción”, recuerda la directora, Idoia Terreros. Y no solo eso. Coincidió que “el sacerdote era de Las Arenas y la monja que le asistía, guipuzcoana y se habían quedado con las ganas de escucharnos cantar”. Al terminar el oficio “nos abrieron el altar y pudimos hacerlo allí”. Más adelante, cerraron el círculo con una actuación en la catedral de Santiago de Bilbao.
Al cierre de estas líneas, se resistían a desvelar por qué temas se habían decantado para la entrega de los XI Laboral Kutxa DEIA Hemendik Sariak en Alonsotegi. “¡Es una sorpresa! Sí digo que nos gusta terminar con algún tema popular, alegre y festivo”, adelantó.