HACE un año, esa unidad de medida tan exacta de las cosas, nada de lo ayer vivido era verdad. Todo eran cálculos, esperanzas, ciertos miedos y quintales de ilusión. Por aquel entonces estaba cargado de verdad aquel pensamiento de Albert Einstein, aquel hombre sabio que nos recordó que hay dos maneras de vivir la vida: una como si nada fuese un milagro, la otra como si todo fuese un milagro. En esa ensoñación se regodeaban ayer Aitor Elizegi, Jon Blasi, David Martín, Oskar Martínez, Naiara Álvarez y José Luis García Mazas, alias ‘Txete’, socios todos ellos de Basquery, un sueño que hoy se ha hecho carne y hueso. No por nada, ayer fue la tarde elegida para cantarle al local el primer Japi berdei tu yu de su vida, apenas unas horas antes de conocerse el veredicto de los Hostelco Awards en la categoría de mejor concepto de restauración, unos premios estatales de jurado internacional. Hoy se conocerá si el Basquery se alza con la copa. Mientras esperan, que les quiten lo bailao. Sin ir más lejos, lo bailao ayer.

A lo largo de estos 365 días se ha forjado una hermandad que atrae a la ciudadanía. Desde el Brewpub hasta la fábrica de cerveza que a lo largo de este año ha elaborado, in situ, no menos de ocho cervezas artesanas para relamerse los bigotes; desde un colmado con aires de entrañable ultramarinos hasta el obrador donde el pan y la pastelería se hornean a diario, con los aromas del tostador de café invitando a... Ese universo atento a las tendencias es una proposición para amoldarse a la vida moderna.

Los asistentes salieron de la fiesta igual que entraron en ella hace 365 días: boquiabiertos. Por ejemplo, cuando la pequeña Iraia Martínez apareció con aquel queso azul de Iparralde, un bleu des basques, al que le habían clavado boca abajo, a modo de vela de cumpleaños, un botellín de una cerveza made in la casa, una Black & Molen elaborada bajo la inspiración de Menno Olivier. Un día antes de la onomástica, la cerveza fue empapando las carnes del queso: un maridaje original como ejemplo de las vanguardistas tendencias del local. No todo lo servido es así, un brindis al futuro. Las anchoas de costera, el bonito de arrantzales y productos con ese santo y seña acreditan la filosofía de kilómetro 0 que les acompaña.

Como complemento a la celebración, los gestores del local decidieron elaborar una cerveza ex profeso para el día de ayer y como homenaje a Taberna Ibiltaria, un grupo musical de intensa y cercana trayectoria. Edan ta abestu, un trabajo en común, pregonan para anunciar este proyecto. Se tarta de una brown ale hecha con stolen, un típico bizcocho alemán. La bebida se enriquece con lactosa y está de relamerse.

Además de los citados, a la cita no faltaron el alcalde Juan Mari Aburto, Xabier Ochandiano, Iñigo Pombo, Itziar Epalza; integrantes diversos de Taberna Ibiltaria como Unai Uriarte, Josu Garai, Sabin Ugarte, Alfon Atela y Arkaitz Urbulu, entre otros; Aitziber Lekerika, Berta González, Jon Andoni Zarate, Enrique Thate, Jorge Aio, Txelu Besteiro, Manuel de Gotor, Fernando San José, Arturo Trueba, María Loizaga, Rafa Alkorta, José Ángel Pereda, Mariano Gómez, testaferro de la alimentación de cercanías allí servida; Mikel Muñoz, Sabin Zelaia, el pequeño David Zelaia, Libe Maguregi, Cristina Hernández, Gorka Armentia; José Gondra, Hugo Pulpeiro y Enrique González, en nombre de Basterra Distribución; Pedro Bilbao, María José Gorostidi, Lander Bilbao Gorostidi, Ibon Goiriena, Izusko Izagirre, Ana Erkoreka y un buen número de amigos de la casa. Tan amigos que dudo que alguno de ellos no haya desfilado por alguna de las cuatro cartas que se han escrito a lo largo de este año que tiene la pinta, toda la pinta... ¿De qué? ¡Ay, perdón! Con esto de la cerveza me había quedado ahí. La pinta de llegar al segundo aniversario con muy buena salud. Esperémosles.