EL don de lenguas resulta determinante en el universo de la innovación. La vanguardia del progreso es una frontera intangible, global y políglota. Quedó claro en la ceremonia de entrega de los Quality Innovation Award (QIA) que tuvo lugar ayer tarde en la Sala Berria del Palacio Euskalduna de Bilbao. Las sillas verdes se poblaron de gentes de medio mundo.

Una televisión húngara grabó el aurresku de honor, protagonizado por Gotzon Jauregi, al txistu, y Mikel Albizu Landa, al volatín, ante los ojos de su fascinada y rubicunda reportera. La delegación china tiró de móvil en un movimiento coral. Resulta sorprendente lo delicado del aplauso oriental, que se ejecuta como con miedo a molestar con el ruido de la palmada.

La maestra de ceremonias del acto, la periodista Pili Kaltzada, manejó con soltura y naturalidad el inglés, el castellano y el euskera. Lo mismo que el diputado foral de Promoción Económica, Imanol Pradales. El discurso de apertura fue pronunciado por Hanelle Pohjola, miembro del jurado y de Excelence Finland. El de clausura corrió a cargo de la consejera de Empleo y Políticas Sociales, Beatriz Artolazabal.

Fueron premiados el Colegio Vizcaya, en la categoría de Innovación en el Sector Educativo, y Osakide-tza, en la categoría de Innovación en el Sector Público. Entregó ambas distinciones la directora general de Osakidetza, María Jesús Múgica. También resultaron finalistas las empresas vascas Angulas Aguinaga, Ormazabal, Colegio Carmelitas del Sagrado Corazón, Grupo Torrezuri, Imatek y Didaktiker.

El QIA es una competición anual creada en 2007 por Excellence Finland en la que participan entidades de promoción de la calidad, excelencia e innovación de doce países. Su objetivo impulsar el avance de la vanguardia en sectores como las microempresas y startups, pymes sanidad, educación, etc.

Entre los muchos asistentes se contaban la embajadora de Finlandia, Tiina Jortikka-Laitinen, y la de la República Checa, Katerina Lukesova, además del embajador de Estonia, Rasmus Lumi. La embajada china estaba representada por sus secretarios Yu Xinyu y Zhang Yiying, y la de Hungría, por Szilvi Bognár.

Amplia representación del Colegio Vizcaya en el evento, con su director, Miguel Ángel Moral Salvidegoitia, y el presidente del consejo rector, Gonzalo Fernández, a la cabeza. Con ellos, Jorge Morales, Belén Rodilla, Alejandro Bikandi, Patricia Clemente, Esther Rodríguez, Eva Gil de Muro, Ibai Maguregui, Olatz Iturbe y Nuria Aresti, entre otros.

Muy orgullosos de su vehículo detector de ondas electromagnéticas, y muchas más cosas, se mostraban Itziar Santxez, Xabier Ruiz y Eneko Zubia, de Imatek. “Estamos en la final europea”, subrayaron.

Entre la representación de Osakidetza se contaban Juan Carlos Soto, José Manuel Ladrón de Guevara, Antonio Arzelai, Inma Moro, Eduardo Maiz o Martín Begoña.

Los israelíes Haya Schneider, Maritu Kabada, Hay Atia, Ilana Lungo y Ari e Scheider no perdían ripio. En tanto que Shen Yan, Lou Yinghuan, Zou Lian, Zhang Yan, Gou Dong o Huang Yansheng eran capaces de consultar sus teléfonos y conversar animadamente a la vez.

Se encontraban en el evento los expertos y expertas conferenciantes del resto de la jornada. Caso de Tani Järvinen, Zoran Lekic, Lu Qing, Heli Mattisen, Fernando Sierra, Aitor Lizarza, Samuel Triguero, Xabier Camps, Blanca Pardo, Santiago Rabanal o José Ignacio Larretxi, por citar a algunos. Las ponencias se pronunciaron en castellano y, mayoritariamente, en inglés.

Es probable que José Fernández, presidente de Euskalit, que es miembro del Comité de Dirección de QIA y cuenta con la colaboración de Unibasq e Innobasque, fuera felicitado ayer en media docena de idiomas por el 25º aniversario de su organización. La innovación es políglota