ALREDEDOR de una taza de chocolate humeante y de los infalibles picatostes que se bañan en esas reconfortantes aguas sucedió todo. Todo corresponde a un chiripitifláutico Consejo de Administración, si es que se me permite llamar así a la Orden Botxera de Farolines y Zarambolas que ayer celebró su consejo anual para proponer el ingreso de nuevos pares en los próximos carnavales. Con los labios pintados de chocolate, el cónclave de farolines y zarambolas pasados revisó el pasado años, con sus aconteceres y personalidades, para lanzar sus propuesta desde el Café Iruña, allá donde pervive el pilar de la Orden Botxera, el hito que da testimonio de quienes hasta la fecha han sido.

Tiraos p’alante y muy crecidos unos; cachazudos y cachondones, los otros. La Orden Botxera de Farolín y Zarambolas acoge en su seno a seres singulares desde 1984, hombres y mujeres que han dejado en los quehaceres del Bilbao de diario su particular sello, su curiosa manera de ver la vida. Son ambos personajes hijos imaginarios del Carnaval de Bilbao a cuyos cuerpos serranos invoca la Konparsa Moskotarrak desde 1999 para que propongan un grupo de sucesores. Ayer, para no perder la tradición, volvieron a reunirse.

La suculenta nómina de propuestas, proposiciones, sugerencias y deseos adelgazó hasta dejar a tres candidatos por banda. Nombrémoslos como un speaker en una velada de boxeo allá en el Madison Square Garden, con todo su espectáculo. A la derecha, con calzón azul, los candidatos para el cargo farolinesco: Mikel Martínez, hostelero (el Café Bilbao bien conoce sus mañas..) y actor, Iñaki Uranga, voz cantante del Consorcio y Tomás Ondarra, el más audaz artista gráfico del pasado año en cuestiones de bilbainía. A la izquierda, con calzón rojo, los candidatos al cargo zarambolorro: Oihane Bartra, bertsolari bilbaina participante en el último campeonato de Bertsolaris de Euskal Herria, celebrado el pasado año en el BEC, donde se impuso otra mujer, Mailen Lujanbio; Txemi del Olmo, locutor y actor de doblaje, aquel bilbaino que hizo célebre una gaseosa, La Cruz del Gorbea, que ni tan siquiera existía, y el grupo de rock vasco, Zea mays (de Rekalde, para más señas...), con la potente voz de Aiora Renteria a la cabeza, veinte años después de su creación. Redondea el acta de la Orden Botxera sus propuestas para las txirenadas del año, casi ex aequo. Por apenas un centímetro se impuso la loca idea de embotellar el agua de lluvia de Bilbao que tuvo Charly Rodríguez, “ni para beber ni para bautizos”, sino para refrescar la añoranza en una botella con txapela, pañuelo y etiqueta. En la recta de meta llegó, casi en paralelo, la iniciativa Hamaika Egun Euskaraz, once días en euskera que se ensayaron, como proyecto piloto en Deusto y en la que participaron más de mil personas cuando esperaban setenta. Los pares propusieron una mención especial a este desafío acogido con ganas.

Fue un dulce encuentro, ya digo, en el que participó no poca gente de vida alegre, dicho sea sin segundas y sin ánimo de tocar. Entre ellos se encontraban en la tarde la gente de Moskotarrak, heraldos de la Orden, (José Mari Amantes y Luis Ángel Castresana entre otros...); Oihana Pascual, de Bilboko Konpartsak, Gorka Iturrino, Galder Antón; Ignacio Cano, gerente del Café Iruña, el hostelero Juan Carlos Bilbao, Goizalde Landabaso, Ane Zabala, Alberto Ruiz de Azua, Javier Ruiz; la actriz Nati Ortiz de Zarate, así como José Antonio Vizcaya, integrante inmortal de Los Cinco Bilbainos; Iñaki Astigarraga, Arturo Trueba, el txistu de Mikel Bilbao y el de su hijo, Patrik Bilbao; la voz de José Lejarraga, Petiso; y esa otra, tremebunda, de Pascual Molongua, que llegó lanzando un irrintzi al cielo; el alpinista Juanjo Sansebastián, Javier Ruiz, Manu Iturregi, Jon de Miguel, la eterna sonrisa de Taberna Plaza Nueva, Ane Zabala y Lorea Argarate, entre alguno más.

De entre sus propuestas chirenes se quedaron fuera otros tantos nombres bien merecidos como los de Yeray Álvarez, Borja Elorza, Olga Zulueta, Marian López, Manu Martín, Javi Salgado, Ibai Gómez, Agustín Herranz y Beatriz Marcos entre otros posibles farolines (no desesperen...) o Enrique del Bosque, el diseñador de alta costura, Javier Barroeta, el actor Ramón Barea, Iñaki Basabe, maestro en bilbainadas o los Artaburus de San Mamés como zarambolas del mañana. Estos y otros nombres que hacen de Bilbao, en su quehacer, una tierra más amable para la convivencia.