Traer de vuelta el pasado para triunfar
El elenco de artistas de la compañía Scartaris de Samuel Gibert logra llenar la sala Bilborock con la obra ‘Hamlet’
LAS salas llenas y la adrenalina por las nubes. Sensaciones que nunca se olvidan y se experimentan de nuevo con el tiempo pero de manera diferente. Un escenario y el calor del público es lo único que podría necesitar Samuel Gibert, actor y profesor de teatro de la compañía Scartaris, para seguir triunfando. La obra Hamlet fue la primera de Shakespeare en la que participó interpretando a Horacio y la cual admira. El pasado día 3 de diciembre logró llevarla a escena por primera vez en la sala Bilborock, esta vez, siendo el quién la dirigía.
Hace seis meses, el equipo de Samuel Gibert, comenzó a preparar la gran obra de este año; Hamlet. Con más de 20 años de experiencia encima de los escenarios, este 2017 ha sido el momento perfecto para culminar el año con éxito. Esta fue la primera obra de Shakespeare que interpretó este bilbaino de 39 años, apasionado del teatro. “Hamlet es una obra que me ha acompañado muchísimos años. Fue la primera obra en la que participé y me tocó muchísimo estar en ella”, expone. Una obra en la que sin duda, los sentimientos afloran y los recuerdos también.
Los ensayos han sido un proceso de aprendizaje para los ocho participantes que formaron parte de esta obra. Se subieron al escenario dando todo lo mejor de ellos mismos e hicieron vibrar al público. Recibieron su calor y las ganas de seguir trabajando y creciendo en este mundo delante de unas 200 personas. “He intentado que el trabajo sea lo más honesto y lo más cercano al público. Fue todo un éxito”, comenta el actor y director.
Esta no será la última vez que la lleven a escena porque “hay que explotarlo”. “Ahora que la hemos estrenado hay que llevarlo a los escenarios, ese es uno de mis intereses principales”, explica el actor y también director de teatro. Tal fue el éxito cosechado el domingo 3 diciembre que ya tienen fecha para la próxima puesta en escena. Será el próximo 3 de febrero de 2018 en la sala Cúpula del Campos Elíseos. Sin duda, una obra de teatro que sigue llegando a los espectadores a pesar de ser una obra muy antigua que data de 1609.
El teatro siempre ha vivido dentro de Gibert sin él darse cuenta. Desde pequeño hizo sus primeros pinitos como actor en el colegio y después en el instituto. Pero no fue hasta los 24 años cuando se dio cuenta de que su pasión podría convertirse también en su profesión. “Al principio tenía más interés artístico que profesional pero al cabo de dos o tres años comencé a pensar en cuestiones profesionales”, comenta Gibert. Recuerda sus inicios como si fuese ayer. Interpretó a su abuelo en la escuela de arte dramático, Artebi. “Mi abuelo tenía muchas peculiaridades interesantes y a la gente le gustó muchísimo. Ese día me di cuenta de que funcionaba”, expone.
Proyectos cumplidos Después del éxito quiso exprimir al máximo su talento. Creó su propia compañía de teatro que recibe el nombre de Scartaris. La fundó hace diez años y recibió el apoyó de su familia para seguir adelante con su sueño, especialmente de su madre, recientemente fallecida y a la que Gibert quiso rendir homenaje nada más terminar la obra de Hamlet.
Ahora, la escuela Muzzik, que originariamente es una escuela de música y tiene 20 profesores y unos 300 alumnos, y Scartaris trabajan conjuntamente. La dicción, la voz o la improvisación son algunos de los temas que trabaja Gibert en sus clases. Pero si tuviese que elegir entre ser actor o ser profesor se quedaría con esta primera. “A mí lo que me gusta es ser actor pero me he dado cuenta que incluso como profesor empleo mis dotes de actor. Actúo con mis alumnos y les ayudo”, explica.
Y es que la experiencia le ha dado el poder de pensar como el público y darles lo que ellos quieren. Es por eso que hace tres años también creó un grupo de comedia que se llama los ImprovisAMOS. “El próximo año pretendo volver a actuar y es muy bonito porque actuamos en base a lo que el público sugiere”, comenta.
A pesar de confesar que alguna vez ha pensado en tirar la toalla, Gibert ha continuado en este complicado mundo “por amor al arte”. “Todos estamos tomando la consideración de que tenemos que luchar por nuestro sector y también estamos aprendiendo a valorarlo·, comenta. Su afán por el teatro y su profesionalidad se ven reflejados en sus clases donde da todo de sí mismo.
“Lo que tengo claro es que esto del teatro va para largo porque me gusta”, confiesa Gibert. Con nuevos proyectos en mente, el actor pretende seguir conquistando a los bilbainos con cada una de sus obras.