ABADIÑO - A las 8.40 horas de ayer tuvo lugar la apertura de dos de los cuatro carriles de la nueva autovía que une el barrio abadiñarra de Gerediaga con Elorrio. Una hora después se abría el otro tramo, en este caso el que comienza en la variante de Elorrio dirección Bilbao o Donostia. “No ha habido ninguna incidencia. Todo ha ido según lo previsto, con total normalidad”, señalaron poco después fuentes de la Diputación.
Con esta apertura, muy esperada sobre todo por aquellos que circulaban a diario por la antigua carretera, Durangaldea cuenta con una nueva vía rápida que une varias localidades en cinco minutos o menos. “Menuda diferencia de tiempo. Yo antes, en un día normal, he llegado a tardar hasta media hora desde Elorrio hasta Durango”, señalaba un trabajador de Eroski.
Una circunvalación gratuita, que en el acceso de Gerediaga marca las distancias a los municipios más próximos: cinco kilómetros hasta los barrios abadiñarras de Muntsaratz y Zelaieta y a Atxondo, y ocho, hasta Elorrio. Sin duda, unos de los más beneficiados por esta variante, al margen de los vecinos, son los transportistas que diariamente acuden a las empresas ubicadas en estas localidades. “Desde la autopista llego a la empresa en unos minutos”, se felicitaba un camionero que se dirige desde Elorrio hasta Bilbao todos los días.
Para acceder desde Gerediaga al vial, hay coger la segunda salida de la rotonda de la N-634, como si se fuera a entrar en la autopista. Unos metros después, la vía se bifurca en dos carriles, siendo la de la izquierda la carretera que permite entrar en la autovía. Una nueva carretera que ha sido bautizada como la N-636, es decir, la misma nomenclatura que tenía la anterior general que une Durango con Elorrio y que atraviesa Abadiño y Atxondo. Según marca la nueva señalización instalada por la Diputación, la vieja carretera pasa a ser la BI-3336.
TRES TRAMOS DIFERENTES A lo largo del vial de la autovía se pueden distinguir tres tramos con diferentes tipologías constructivas. El primero corresponde a enlace de Gerediaga, que supone la conexión con la autopista AP-8 y que cuenta con viaductos para sortear las infraestructuras, instalaciones, empresas y servicios ya existentes. “Se trata de tres puentes mixtos con una superficie de 19.000 metros cuadrados y una longitud de 1,7 kilómetros, que se levantan sobre pilas de hormigón macizas”, explicaron desde la Diputación de Bizkaia.
El segundo de los tramos corresponde al túnel de Gaztelua que, con 1,965 kilómetros de longitud, se compone de dos túneles en mina separados por un falso túnel de 216 metros. Cuenta con dos galerías para vehículos, siete galerías peatonales y dos apartaderos en cada túnel. En lo que a la seguridad se refiere, se han instalado diferentes equipaciones de detección, protección y comunicación, perfectamente coordinadas desde el edificio de control, situado en el peaje de Gerediaga. En el túnel hay 48 ventiladores, 42 cámaras fijas, veinte sensores de CO2 y NO2, doce paneles de señalización y 358 proyectores de led, entre otros elementos. “Estamos hablando de un túnel que está a la vanguardia de la seguridad europea. En julio realizamos un simulacro de incendio para testar las medidas instaladas”, apuntaron las mismas fuentes.
El tercer tramo construido responde al enlace de Muntsaratz, que permite conectar la nueva autovía con la BI-3336. “Se dispone un nudo de tres niveles, con cinco estructuras que soportan el tronco y los carriles de incorporación y salvan los encauzamientos del Urti y del Ibaizabal”, explicaron.
El trazado prosigue casi dos kilómetros casi recto, mediante calzadas “separadas a media ladera, para adaptarse de forma más eficiente a la orografía y a las condiciones de terreno a través de pasos inferiores y superiores, como el falso túnel de Atxondo, de 95 metros de longitud, que dan continuidad a los caminos vecinales”. Según destacaron fuentes forales, “hay que mencionar que se ha restituido la vía verde existente, con un nuevo recorrido allá donde la nueva autovía lo hacía preciso, manteniendo el itinerario peatonal siempre abierto para uso público”.
Durante la obra, que ha durado cerca de cuatro años, han sido excavados 2,4 millones de metros cúbicos, de los que 1,2 millones se volvieron a utilizar, mientras que el resto fue llevado a los tres depósitos de sobrantes asociados a las bocas de los túneles. Una nueva carretera que, según estimaciones forales, soportará 12.000 vehículos diarios, de los cuales 1.800 serán camiones.
VARIANTE DE ELORRIO El enlace de Elorrio une la nueva autovía con la entrada oeste del municipio en dos niveles y, a su vez, permite dar continuidad a la traza con la variante de Elorrio, manteniendo los dos carriles por sentido. “Asimismo, dentro de la concesión, el ambicioso proyecto permitirá la puesta al día de los 2,8 kilómetros de la variante de Elorrio que se adecuará a los estándares de calidad y servicio dispuestos para la nueva infraestructura. Estas labores darán inicio al término de los trabajos de la nueva autovía”, explicaron desde la Diputación.
A pesar de contar con el aplauso de la mayoría de usuarios, hay quien muestra también su disconformidad. Es el caso de David, que habitualmente circula en bicicleta por la variante de Elorrio. “Ahora, con la incorporación de la nueva autovía a la variante, nos han prohibido entrar en bicicleta, mientras antes podía entrar sin problemas. Para mí eso es un gran inconveniente”, se lamentaba.
Las obras de la nueva infraestructura comenzaron en octubre de 2012. En la construcción de esta autovía participaron 340 empresas y 2.000 trabajadores, solo en empleos directos.
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