Leioa - El deporte de las posturas imposibles, ese en el que las piernas pueden formar un ángulo de 180 grados y la columna vertebral doblarse como si los huesos fueran de plastilina saca en Leioa un músculo extraordinario. Lo hace gracias a chicas como Saioa Agirre o Sol Moreno y también a niños como Eneko Lambea, de 12 años, y Yeray Cerqueira, de 10. Todo ello forman parte del club Sakoneta de gimnasia rítmica, que acaba de tocar el cielo en el campeonato de España de Primera Categoría. Pero esta medalla de oro solo es una muestra del estupendo engranaje acrobático de una entidad deportiva, que junto a su escuela, cuenta en la actualidad con más de 200 gimnastas. “En Leioa, es el deporte rey. Todo el mundo ha hecho gimnasia rítmica en algún momento de su vida”, señala Judith Torralba, la entrenadora de las federadas. Pero, dos aspectos marcan la diferencia en Sakoneta: hay chicas mayores -veinteañeras- aún en activo y dos chicos que rompen la tendencia de esta disciplina.

Sol, una de las integrantes del equipo que se acaba de bañar en oro, es una de las veteranas, a sus 20 años. “Estoy en la universidad y se hace complicado compaginar todo, no sé cuánto tiempo seguiré”, admite. Lleva desde los 9 años ligada a la práctica de las cintas, la pelota, las mazas... y está estirando su vinculación con un deporte que tiene una fecha de caducidad muy temprana. “Hay que entrenar mucho. Es una disciplina muy exigente. Además, la elasticidad se va perdiendo con los años, aunque se van haciendo ejercicios adaptados a la edad”, enumera Judith para explicar las razones por las que las niñas en la adolescencia abandonan la pista. Y eso que esta entrenadora ve ventajas en las gimnastas de más edad. “Es una forma de trabajar diferente, tienen más cabeza y conciencia de lo que quieren”, indica.

Saioa, mientras, aún está en el momento que dulcifican los 15 años -en septiembre cumplirá 16-. Esta temporada ha sido la de su estreno en la élite y ya está brillando. “Se trataba de probar cómo iba y la verdad es que ha ido muy bien”, reconoce Saioa, de escultural cuerpo y sonrisa generosa. “Tiene unas condiciones bestiales y es muy especial en el tapiz”, destaca Judith. Esta getxotarra es otra de las piezas del equipo que se ha colgado la medalla de oro, además, tiene en su posesión el campeonato de España absoluto. Este curso ha empezado a hacer volar su talento por el extranjero y la valoración es muy positiva. “Son experiencias que nunca se olvidan, te aportan mucho”, sostiene la perla de Sakoneta.

La nota masculina Otra de las figuras del club de Leioa es Eneko Lambea. El año pasado obtuvo el subcampeonato alevín de gimnasia rítmica masculina en el campeonato de España. Se trata del único niño de Euskadi que compite a ese nivel. “Es nuestro niño mimado”, asegura Judith con cariño. Eneko es un encanto con desparpajo. “Es superexpresivo. Se come el tapiz cuando sale”, desvela la profesora. “Llevo desde los 3 años haciendo gimnasia. Solía venir al poli a ver a mi hermana y me gustó. Así que un día dije que yo también quería”, cuenta Eneko. Y ahí sigue con todas las ganas de comerse el mundo.

También continúa en Leioa Judith, la asturiana que recaló en Bizkaia para estudiar Periodismo y que 16 años después, sigue en tierras vascas. Ella fue gimnasta en su niñez y, ahora, en Sakoneta saborea desde el banquillo la pasión por este deporte que en Leioa alcanza el Olimpo.