Lezama - Ha pasado toda su vida unida a Lezama. Aquí nació y aquí transcurre su experiencia vital. Creció envuelta en el verde de Txorierri y ha dedicado muchas horas de su juventud a la costura, una afición que fue aparcando paulatinamente. La aguja y el dedal fueron languideciendo y Mariasun Oleagordia apostó por un día a día de arrimar el hombro a pie de pueblo. De una manera natural, sencilla, sincera y sin ruido, esta mujer de sonrisa perpetua, se ha convertido en una de esas personas que no pueden dar un paso por las calles de su pueblo sin pararse a saludar, intercambiar unas palabras o charlar con uno y otro vecino. Su mapa de vida explica esta realidad. Y es que ha sido catequista; fue la primera mujer concejal de Lezama y estuvo al frente del Área de Bienestar Social; ha estado años organizando excursiones para los vecinos y mayores del pueblo; ha pertenecido al coro de la localidad, y hoy en día está volcada en la parroquia, siempre echando un cable, como ella dice “en labores de intendencia”. Además, trabaja en el grupo que se ocupa del reparto de los productos que llegan del Banco de Alimentos.
Mariasun trabaja haciendo pueblo. Es pueblo. Ayudar, arrimar el hombro en la localidad parece algo intrínseco a ella. “Siempre me ha gustado. Llena mucho. Siento esa necesidad. Trato de echar una mano, y lo importante es hacerlo siempre con amabilidad, que no me vean seria. Yo soy alegre y eso se transmite”, explica Mariasun.
Insiste una y otra vez en que toda labor que realiza en Lezama es la parte de un todo, y que son más las personas que colaboran en la parroquia y trabajan en el reparto de alimentos así como en la puesta en marcha de iniciativas solidarias. Mariasun recalca: la de Lezama es gente generosa. “De mi pueblo me gusta todo. Hay gente muy maja, muy buena, muy generosa. Haces un llamamiento y todo el mundo responde”, señala.
Su labor a pie de pueblo tuvo una de sus primeras expresiones cuando comenzó a trabajar como catequista, una tarea que desempeñó durante unos veinte años. Docenas y docenas de niños y niñas de Lezama pasaron por sus clases a lo largo de esas dos décadas.
Fue en los años 80 cuando, junto con otras mujeres del pueblo comenzó a organizar excursiones culturales una vez al mes, unas salidas que tuvieron una buena acogida, no solo en Lezama, sino en otras localidades de Txorierri. “Eran épocas en las que no había hogar del jubilado, ni asociación de mujeres, y los vecinos se animaban. Iba mucha gente mayor y venían de Lezama, de Larrabetzu, de Zamudio...”, explica. Los viajes continuaron celebrándose, pero ella tuvo que aparcar aquella labor para iniciar otra etapa, pasando a ser la primera mujer concejal de Lezama. Estuvo en el Ayuntamiento en la legislatura del 91-95, con el jeltzale Alberto Zarate como alcalde. Mariasun estuvo al frente del Área de Bienestar Social, continuando así con una tarea pegada al día a día y a las necesidades del pueblo. Hace trece años se involucró en la parroquia, como ella dice “en la intendencia”, echando un cable en lo que hiciera falta junto a un grupo de personas que también trabajan en estas tareas.
Banco de alimentos Ya desde hace años Mariasun y otros vecinos de Lezama han colaborado con las campañas que a través de las parroquias desarrollaba Cáritas para reunir alimentos, ropa, etc., una recogida que se centralizaba en Zamudio. La llegada de la actual crisis incrementó la necesidad de apoyo a las familias, y el Banco de Alimentos de Bizkaia comenzó un intenso trabajo de distribución de productos. Así que Mariasun se ha metido de lleno en el reparto de las partidas que llegan de la central de Basauri, una labor que realiza siempre de la mano de la asistenta social. Además, efectúan también campañas de recopilación de productos de limpieza para luego distribuirlos entre los hogares lezamarras que están pasando un mal momento económico. Para ello involucran a las tiendas del pueblo que habilitan cajas para que los vecinos hagan sus aportaciones. “Y la gente de Lezama siempre responde”, explica.
Mariasun quiere seguir trabajando a pie de pueblo. Siempre con una sonrisa y el entusiasmo por bandera.