Bilbao - La idea surgió tras la participación del director de la Fundación Ellacuría, Miguel González, en uno de los cursos que Deusto Business School (La Comercial) imparte sobre coaching, anglicismo muy de moda que la wikipedia define como “un método que consiste en acompañar, instruir y entrenar a una persona o a un grupo de ellas con el objetivo de conseguir alguna meta o de desarrollar habilidades específicas”. Miguel le planteó a Almudena Eizaguirre, vicedecana de la facultad, la posibilidad de organizar un programa piloto de coaching, pero dirigido exclusivamente a líderes de organizaciones sociales que trabajan con inmigrantes. Y Almudena aceptó el reto. La responsable de Deusto Business School eligió a los cinco coachs, que se sumaron desinteresadamente al proyecto, y el director de la Fundación Ellacuría, hizo lo mismo con las cinco personas que participarían en el programa. El resultado ha sido todo un éxito. Tanto es así que tras el periodo vacacional se repetirá la experiencia. Cinco líderes inmigrantes seguirán el curso para potenciar sus habilidades. Aunque no sólo ellos aprenden. Los “entrenadores” también han tenido la oportunidad de conocer otras realidades y los valores multiculturales que aportan los inmigrantes.

Diez años de experiencia Deusto Business School lleva muchos años, tantos como diez, desarrollando talleres y programas de coaching en sus aulas. Sobre todo, con los alumnos del último curso de la carrera. La razón de estos programa radica, según señala su vicedecana, en que “el estudiante tiene que tener una formación integral, no sólo debe saber contabilidad sino que tiene que tener capacidad emprendedora, empatía o saber trabajar en equipo”. Intentan desarrollar las capacidades de los alumnos de forma individualizada antes de que se gradúen. Y lo hacen con la participación en el programa de directivos de empresa, que previamente han sido formados como coachs.

La aplicación del coaching al mundo de la inmigración se inició el pasado mes de febrero con una conferencia de Nerea Basterra, directora de Oxfam Intermón, titulada: “Caminante... no hay camino”. A la charla acudieron los estudiantes de último curso y los que luego serían los protagonistas del programa piloto. Es decir, estuvieron Younnes Ganaz, Hamadi Mohamed Sid Emhamed, Seydou Togola, Consuelo López y Luisa Moncada, que son las personas vinculadas a asociaciones o movimientos comunitarios que habían sido elegidos para participar en el curso. Por parte de los coachs-colaboradores, asistieron Ana Larrea, Pablo Garmendia, Asier Gallastegi, Cristina Diago y Elena Quevedo. Al término de la conferencia, cada coach pudo conocer a su coachee asignado, lo que supuso el punto de partida, tras intercambiarse mail y teléfono de contacto, para iniciar las sesiones. “Ellos tenían que marcar la agenda y los encuentros porque las sesiones son confidenciales”, dice Almudena Eizaguirre. El objetivo, según señala la coordinadora del programa, “es que la persona intente reflexionar sobre sus dificultades para liderar la organización que lideran y sobre su área de mejora”. Y ahí es donde interviene el coach, que le ayuda a reflexionar. Pero no solo a eso. “Se trata”, apunta Almudena, “de hacer reflexión y acción”. Por ello a lo largo de las cinco sesiones que mantuvieron las diferentes parejas se marcaba “un punto de mejora y de actuación”. Con esa dinámica de trabajo llegaron hasta el pasado mes de junio. Fue el momento de hacer balance. “Se les hizo una serie de preguntas a todos los participantes en el programa para ver qué había funcionado y qué había fallado”, cuenta Almudena.

También hicieron una puesta en común entre las cinco personas que asistieron el programa, el director de la Fundación Ellacuría y Ane Aguirre, la persona que ha prestado apoyo metodológico.

Y la conclusión es que todos los que habían participado en la iniciativa estaban “muy contentos y les había gustado mucho”. Esas buenas vibraciones les han animado a repetir la experiencia el primer semestre del próximo curso, de octubre a febrero de 2015.

Almudena Eizaguirre cree que este innovador programa puede ser muy provechoso en el ámbito de las organizaciones sociales que trabajan con inmigrantes porque “realizar un proceso de coaching con este tipo de personas tiene un efecto multiplicador ya que trabajan con mucha gente”.