hoy que todo cuanto sucede viaja a la velocidad del twit, ese torbellino breve y vertiginoso, aún quedan momentos de desborde; días en los que el río de la vida baja crecido y no hay dique que lo contenga ni twit que lo sujete y lo resuma. Así, esta crónica de aluvión contiene fabulosas historias: desde el show cooking de un cocinero mayúsculo como Dani García, quien exhibió su don de manos en los fogones ante un grupo de elegidos, hasta la fabulosa inauguración de Casa Viva, una tienda singular que abre sus puertas en el chaflán del número 49 de la Gran Vía, esquina con Máximo Aguirre (dicho sea para los perezosos hijos del Google maps...), pasando por la tradicional misa de Santa Cecilia organizada por la Sociedad Coral de Bilbao, con Cecilio Gerrikabeitia al frente, que ayer se abrochó con un cóctel posterior en el que se hizo entrega de la insiginia de oro de la Sociedad a Josune Arzitondo, Begoña Salinas, Iñaki Anasagasti, Antón Damborenea y Eduardo Madina. Como ven, no hay freno para tanto frenesí.
Hacia atrás en el tiempo, diremos que en la noche del pasado jueves Dani García, con la colaboración de Javier Lafuente y del sumiller de cervezas Luis Vivas realizó un show cooking (dicho en cristiano: una clase magistral...) para los ganadores del certamen Dgusto, la iniciativa organizada por el grupo ElTenedor, aquella en la que 29 restaurantes participantes ofrecieron descuentos de entre un 40 y un 50% en carta, es decir, sobre los platos elegidos. Quienes vieron el prodigio de cocinar como los ángeles hablan y no callan de una noche marcada por el fuego candente de los fogones.
Hila esta historia de delicias con esa otra de las exquisiteces que relató ayer Casa Viva, la tienda de artículos de mesa y cocina de alta calidad que, al decir de German Cid, combina la buena manufactura ("no hay nada fabricado en China; ningún material con riesgo de contaminar los alimentos", dijo...) con "los mejores precios del mundo". El local, que pone a la vista del visitante un menaje de lujo, se distingue por ofrecer eso que llaman soluciones. Así, quien recorra los 350 metros cuadrados de comercio se encontrará con espacios especializados del tipo Solución vino, Solución desayuno o Solución café por citar solo algunos ejemplos. Izaskun Delpico es la directora de una tienda por la que ayer desfilaron, como si flotasen en el espacio interior de una cocina, María Loizaga, en nombre de Marina Diseño; Patricia Gaztañaga, Iñaki Solaun; Carlos Basterretxea e Itziar Leal en nombre de DEIA, Gabriel Gascón y Ana Ybarra, atentos a que todo funcionase con fluidez, María Jesús Real, Oscar del Hoyo, Luis Hermosa, Jorge Canivell; el gerente de la Asociación Bilbao Centro, Jorge Aio; Pepa Gandarias, Ander de Aranbalza, Sergio Etxebarria, Gabriela Estrada, Joseba Viar, Julia Alegría, Miguel Ángel Hernández, José Luis Bengoetxea, María Jesús Cava, Cristina Ballesteros, Olga Aparicio y un buen número de invitados. No hubo -no era la ocasión...- demasiados desembolsos. Pero entre los corros se repetía una y otra vez, como un mantra, la letanía de "pronto volveré para comprar algo...". La tentación vive ahí, en el 49 de la calle Gran Vía, un lugar irresistible.