Los dueños de los Rolls Royce de Galdames rechazan las primeras ofertas por la colección

galdames. Los 45 Rolls Royce de Galdames todavía no han hallado su aparcamiento definitivo. La familia de Miguel de la Vía sigue estudiando las ofertas que no dejan de lloverles desde que el 19 de febrero DEIA diera a conocer su intención de trasladar la colección a una ubicación más céntrica que la actual en Enkarterri. Sin embargo, los herederos han rechazado todas las opciones que se les han planteado por el momento. Según señala el abogado de la familia De la Vía, Pedro Olabarri, "no tenemos ninguna prisa en tomar una decisión y, si seguimos sin encontrar exactamente lo que estamos buscando, nos quedaremos en Galdames".

Así, la familia De la Vía ha respondido con una negativa a varias ofertas concretas; entre ellas, las instalaciones del antiguo seminario de Derio o un pabellón industrial de Barakaldo. "Dispongo de un edificio de tres plantas de mil metros cuadrados cada una en las que cabrían holgadamente, un ascensor para ocho personas como máximo y un montacargas que puede transportar hasta 3.500 kilos de peso", detalla Kepa Echegibel, propietario del edificio.

Dueño también de una empresa mecánica en Beurko, no ha dudado en poner su inmueble a disposición de la familia. Por sus conocimientos de mecánica, está dispuesto a hacerse cargo también del mantenimiento de los coches. Su taller se encuentra en una instalación anexa al edificio principal y "muy cerca hay un aparcamiento con 40 plazas en el que entran varios autobuses por si hiciera falta para las visitas de grupos de turistas". "Además, estamos a solo cinco minutos andando de la parada del metro", según describe.

"Si nos ofrecen un espacio que nos interese y cumpla los requisitos para mostrar los coches tal y como nosotros queremos, entonces ya nos sentaríamos a negociar las condiciones del traslado, quién se haría cargo del mantenimiento y el resto de los detalles, pero esto no ha pasado, al menos de momento", recalca el portavoz de la familia.

Para los herederos de Miguel de la Vía, ha resultado "muy doloroso" plantearse siquiera la posible marcha de los automóviles de su hogar de Galdames; y si llegara a materializarse esa opción tienen claro que sería solo para exhibirlos "en mejores condiciones de las que se encuentran actualmente, con más espacio y recursos más modernos para dar a conocer al detalle toda la información relativa a los coches". Por ejemplo, se servirían de la tecnología para instalar soportes virtuales, "que permitirían visualizar esos datos", según Olabarri.

En caso de que algún día los Rolls Royce dejaran Enkarterri para establecerse en otro lugar, valorarían incluso crear un museo dedicado a la historia automovilística que incluyera modelos de otras marcas.

Mientras tanto, alcaldes de la zona esperan fijar pronto la fecha de su reunión con la familia de la Vía para abordar el futuro de los Rolls Royce y despejar las dudas sobre los planes de los propietarios de la colección. El eventual traslado de los vehículos les cogió por sorpresa y no ocultan que les ha dolido enterarse por las páginas de DEIA de una noticia que afecta a un recurso clave para la comarca.

Tal y como avanza el alcalde de Güeñes y presidente de Enkartur, Koldo Artaraz, acudirán al encuentro "sin ningún planteamiento previo, simplemente para conocer las opiniones de los herederos e intercambiar impresiones".

Eso sí, advierte de que los dirigentes de Enkarterri están "dispuestos a llegar hasta donde sea y dirigirnos a las instituciones pertinentes" con tal de lograr su objetivo de retener este valioso patrimonio automovilístico en la que ha sido su casa desde hace décadas. "Necesitamos ayuda y tenemos la obligación de defender nuestros intereses", sentencia.

accesos y señales El mal estado de la calzada que conduce al barrio de Concejuelo y la falta de señalización adecuada son otras razones que aducen los partidarios de cambiar de sede la colección. "Los accesos son competencia local, pero los ayuntamientos llegan hasta donde llegan y la norma foral de carreteras es muy restrictiva en cuanto a la colocación de señales. Es un problema que ya se nos creó con el Karpin de Karrantza", argumenta el regidor de Güeñes.

Están convencidos de que solucionando estos inconvenientes se podría sacar a este bucólico lugar todo el potencial que realmente encierra. "El valor añadido de este sitio es el encanto del entorno en el que se muestran los coches. Miguel de la Vía recuperó el castillo de una manera exquisita y es prácticamente imposible que encuentren una ubicación más adecuada. Bien explotada, la Torre Loizaga sin duda movería muchísima gente porque los aficionados al motor si hace falta se desplazan de una parte a otra del mundo", razona Koldo Artaraz.