Bilbao - A Karmelo, Rosa María, Imanol y Fernando se les nota un semblante de satisfacción cuando empiezan a hablar del futuro cubrimiento de la trinchera ferroviaria ubicada entre su barrio, Zabala, y el puente de Cantalojas. Todos ellos son miembros de la asociación de vecinos Zabala Berri y llevan años de pelea y reivindicación para que desaparezca esta hendidura generadora de suciedad y ruido.

“Todavía queda algún cartel con el símbolo de la cremallera que ha estado en balcones y ventanas durante años”, recuerda Rosa María, para pedir a las instituciones el cierre de esta gran herida urbana. Conseguido el compromiso para la cobertura de Cantalojas hacia arriba, los vecinos quieren influir en determinar qué usos tendrá la nueva gran superficie por generar.

“Será un buen espacio pero tiene que tener actividad, mucha actividad”, asegura Karmelo Anakabe, presidente de la asociación. Su vocal, Fernando Vidal, explica que “esto no puede ser una zona para que la gente esté aquí sin más, ociosa y sin nada que hacer”. No quieren que el escenario actual de inmigrantes sentados en las cercanas plazas de Cantalojas y Fleming se extienda hacia arriba.

Fernando y Karmelo recuerda que Zabala, Bilbao La Vieja y San Francisco son barrios de Bilbao con un 21% de vecinos extranjeros y lejos de ser para ellos un problema, esta multiculturalidad puede ser una oportunidad.

Por ello ya han solicitado al Ayuntamiento que madure la creación de un equipamiento cultural para la ciudad “en forma de escuela de otros idiomas como senegalés o árabe y de interpretación de la multiculturalidad. Sería una buena metodología de integración cultural y social”, afirma el presidente. “Eso generaría una actividad constante que sería bueno para el barrio, pero también para todo Bilbao”, apostilla Imanol Lejonagoitia, tesorero de la asociación.

Otra de las peticiones, ya prácticamente conseguida, es la creación de un centro de día para el barrio (tiene más de 1.100 vecinos mayores de 65 años) en la trasera de la residencia Conde Aresti y también pretenden que la iglesia parroquial de San Rafael colindante sea declarada monumento de bien inmueble del Patrimonio Cultural Vasco.

Una solicitud más práctica es que debajo de la tapa se habilite un estacionamiento para residentes “de forma que se pueda liberar el actual espacio del parking de Xempelar para destinarlo después a un parque urbano”, especifica Anakabe. Además tampoco quieren que su zona, por el hecho de ser la más alejada del conjunto del soterramiento, se quede sin conexión directa con la nueva estación ferroviaria y las dársenas de Bizkaibus.

La vicepresidenta además puso sobre la mesa otra petición, quizás la más importante. “Reivindicamos que este trozo de la cubierta lo construyan primero en vez de al final como, al parecer, se prevé en los primeros planes”. Karmelo Anakabe basa la petición en el hecho de que “con el nuevo proyecto, los trenes van a entrar en la estación soterrada directamente por un nuevo acceso y no por este pasillo actual”. Además concluye tenemos una necesidad imperante de que se regenere el barrio cuanto antes”.