bilbao
ROMA tiene la Fontana di Trevi, -para volver a la ciudad eterna si se arroja una moneda- y la Bocca della Verite -que arranca la mano a los mentirosos-; Salamanca su famosa rana -para aprobar el curso si se encuentra-: Copenhague su sirenita -que embruja a los marineros-; Urkiola su piedra -que ayuda a encontrar pareja al dar tres vueltas- y desde ahora Bilbao tiene el puente de La Merced, con unos seres alados en la base de las farolas, a los que si se roza su pecho o cualquier parte del cuerpo, transforman el ánimo de las personas, que hallan el amor y la suerte en la vida.
El equipo de investigación de BilbaoHistoriko, que ha venido trabajando en la documentación histórica de los puentes de la capital vizcaina para el proyecto Bilbao, Zubiz-Zubi, Puente a Puente, ha descubierto una referencia a una antigua leyenda que circulaba en la época medieval de la villa de Bilbao, en torno al año 1400. "No tiene ninguna base científica pero tampoco la tienen ninguna de las leyendas mitológicas de otras ciudades del mundo", defiende Ana Reka, coordinadora de BilbaoHistoriko.
La historia se había mantenido oculta entre los apuntes del ingeniero Manuel Gil de Santibáñez, autor del puente actual puente de La Merced, que data de 1937, tras la destrucción del puente original del ingeniero Ernesto de Hoffmeyer, proyectado en 1883 y que duró hasta 1936, año en que fue destruido durante la Guerra Civil. Al parecer, según los documentos analizados, el ingeniero Gil de Santibáñez se inspiró para el diseño de la reconstrucción del puente de La Merced en una leyenda que Hoffmeyer refirió en algunas notas que llegaron a manos de este último, y que Hoffmeyer pretendió plasmar en el diseño del puente original. Sin embargo, y debido al origen pagano de la leyenda, se vio obligado a censurar por la oposición de los influyentes monjes del Convento de San Francisco que hasta 1865 se levantaba cerca del puente. También influyeron "los rectos miembros de la corporación municipal de la antigua villa de Bilbao que sufragaba la inversión necesaria para la construcción del puente original", explican desde la asociación.
Farolas Según los investigadores de BilbaoHistoriko, Gil de Santibáñez recuperó para su diseño la historia de Hoffmeyer, y puso a los seres alados -"porque no se sabe si son aves o mamíferos", apostilla Reka-, instalando en su obra ocho farolas de fundición con dieciséis de estos seres dispuestos en parejas, y que decoran actualmente las luminarias del puente bilbaino.
"Buscamos favorecer ese mito de ciudad medieval para Bilbao, porque nuestra vida se rodea de leyendas como Olentzero o Mari Domingi que hemos aceptado con naturalidad", expone Reka. En este sentido, la leyenda habla de "unos seres alados que vivían en las zonas boscosas del actual barrio de San Francisco y que de vez en cuando hacían incursiones entre las orillas del antiguo poblado de Bilbao La Vieja", apuntan. Asimismo, describen que "no se sabía si eran machos o hembras", pero que siempre estaban "en pareja" y se "acercaban a quienes estaban solos o desamparados". Así, "cuando les rozaban con su pecho o cualquier otra parte del cuerpo, transformaban el ánimo de las personas, que se sentían más afortunadas y queridas, y encontraban el amor y la suerte". Leyenda o realidad, muchos ya no pasarán de largo por el puente de La Merced, y abrazaran las farolas del Bilbao más legendario.