Bilbao

SAN Blas, el santo que cura los males de garganta, ha recuperado su esplendor. Luce con voz propia, como antaño, gracias a los trabajos de restauración efectuados en el retablo donde reposa, en el interior de la iglesia San Nicolás de Bari. Lo mismo les ha sucedido a San Ciprián, San Crispiniano, San Lázaro y a la imagen de La Piedad, que protagonizan los cuatro retablos laterales de una de las iglesias más antiguas y emblemáticas de la capital vizcaina. La Diputación Foral de Bizkaia, con una aportación económica que ronda los 100.000 euros, y el Obispado han hecho posible el milagro. Ahora solo falta por recuperar el retablo central, en el que sobresale la figura de San Nicolás, que deberá esperar a que la situación económica mejore.

Las inundaciones de 1983 dejaron una profunda huella en la iglesia de San Nicolás. El agua llegó a superar los cuatro metros de altura, afectando muy seriamente las bases de los cuatro retablos laterales. Desde entonces solo se acometieron las labores propias de conservación, pero se necesitaba un profundo lavado de cara. El servicio de Patromonio de la Diputación no se olvidó de la petición del Obispado. Así que en 2007 comenzaron a restaurar el retablo de La Piedad, al que le siguieron los tres restantes, a restauración por año. Según señalaron María Paz y Erika, dos de las técnicas que han intervenido en la restauración, uno de los problemas más importantes con el que se tuvieron que enfrentar fue el "debilitamiento estructural del soporte por la acción del ataque biológico de insectos, que habían ocasionado daños en molduras y aristas". También se encontraron con que las figuras de los santos habían sido repintadas y el barniz que les cubría estaba oxidado.

Esfuerzo La puesta de largo de los retablos contó con la presencia del diputado general de Bizkaia, José Luis Bilbao; el obispo de la Diócesis de Bilbao, Mario Iceta, y la diputada foral de Cultura, Josune Ariztondo. Bilbao destacó el interés de la institución que preside por conservar el patrimonio "porque es una riqueza cultural no solo de la Iglesia sino de toda Bizkaia". El esfuerzo económico que ha hecho la Diputación fue reconocido por el obispo, "sobre todo, en estos momentos tan difíciles". En este sentido, el diputado general se comprometió a seguir adelante con el proceso de restauración del patrimonio eclesiástico, aunque advirtió de que "en estos tiempo tan complicados como los que estamos viviendo hay que atender necesidades de urgencia, por lo que hay cosas que pueden esperar". "Aun así, hay que seguir con la recuperación del patrimonio", insistió.

La historia de la iglesia de San Nicolás de Bari se remonta al siglo XIV. Según los historiadores, en esa época "ya se tienen noticias de la existencia de una pequeña ermita rodeada de casuchas de pescadores". Al parecer, sobre la ermita se construyó hacia 1490 la cuarta parroquia de la villa. En 1582 se demolió el campanario y la casa rural que estaba adosada al templo tras unas fuertes inundaciones. Dos siglos después fue demolida totalmente y el 6 de diciembre de 1743, día de San Nicolás, se puso la primera piedra del actual templo. El edificio, de estilo barroco, tiene en su interior cinco retablos, construidos en el siglo XVIII. La tallas se encomendaron a Juan Pascual de Mena, considerado como uno de los mejores escultores del momento.