Bilbao. Ha escrito el primer libro de una colección que invitará a descubrir, paso a paso, curiosidades y detalles históricos de cada barrio de Bilbao. Iñaki Pereda invita a dar un paseo por la anteiglesia de Deusto.

Convénzame para cruzar la ría.

¡Anímese! Aprenderá mucho sobre la formación de Bilbao, cómo se ha ido transformando... Hasta un vecino de Deusto podrá descubrir la historia de un edificio que ve a diario.

Casi me ha convenido. ¿Por dónde empezamos?

Por San Pedro de Deusto, los orígenes. ¿Sabía que ya existía antes de la fundación de Bilbao?

Ni idea.

Detrás de la iglesia estaba el ayuntamiento, el frontón, las escuelas de niños... Era un lugar muy vital, con una personalidad muy fuerte.

¡República independiente!

Era un término que se utilizaba para denominar a las anteiglesias. Pero no tiene nada que ver con una república como forma política.

Estábamos en San Pedro.

Puede perderse en la historia de los edificios: el puente de Deusto se hizo a imagen de uno de Chicago, lo que ahora es el euskaltegi era la casa de la cooperativa... En la zona de la ladera aún quedan algunas campas que nos permiten evocar cómo era aquella anteiglesia, que Jovellanos llegó a llamar país encantado, porque era una zona muy rica, por las vegas donde crecían las hortalizas.

¡Aquellos tomates!

Hay algunas hortalizas que crecen muy bien en zonas con agua de mar. Estar en una vega, con la ría al lado, les da un sabor especial.

Conozco a una persona que nació en el centro cívico de Bidarte.

Fue un chalé hasta que Bastida lo amplió en 1931 y se transformó en hospital.

¿Seguimos el paseo?

Sarriko fue la antigua finca de la familia Zubiria, un enorme vergel privado. No sólo la universidad, llegaba casi hasta el conservatorio.

Llegamos a San Inazio. Parece construida con escuadra y cartabón.

Refleja muy bien la ideología de la época. El primer franquismo quería hacer desaparecer las clases sociales, así que todas las casas se hicieron iguales, al menos por fuera. Y no había viviendas de un dormitorio, había que fomentar la familia tradicional, no estaba bien visto que alguien viviera solo. Hasta Franco vino a entregar las llaves.

¿Y La Ribera?

Es la gran desconocida. Se ganó a la ría a partir del siglo XVIII. Hubo molinos de mareas, luego chimbos...

¿"Chimbos"?

Eran unos depósitos con un mecanismo especial para canalizar el agua de los riachuelos y desecar las marismas. ¡Aquí se hacía el famoso jabón! Era una zona muy cosmopolita; desembarcaban los barcos, no se podía subir más, y había que hablar holandés, noruego, inglés...