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Seis alumnos de Escolapios de Iruñea en los años 70 denuncian abusos

Son iruindarras y denuncian los tocamientos de un exprofesor laico tanto en clases como en su piso

Seis alumnos de Escolapios de Iruñea en los años 70 denuncian abusosJavier Bergasa

Pertenecen a varias quintas distintas, todas ellas originarias entre los años 1958 y 1961, y pese a que de niños apenas tuvieron trato directo por la diferencia propia de la edad, todos se veían en los rincones de un colegio gigante donde la mayoría de ellos no hizo demasiada carrera, aunque sí que en ciertos casos no guardan mal recuerdo.

Hace apenas un año se reunieron por una causa común. Se pusieron a hilar recuerdos de un tormento y tejieron una secuencia más o menos nítida de una persona que les perturbó la infancia. Proceden de la Rotxapea, Txantrea, Burlada o el Casco Viejo y denuncian que siendo niños, entre los 9 y los 13 años según los casos, sufrieron abusos en forma de tocamientos por parte de un profesor laico que ejercía en el colegio Escolapios de Iruñea.

Dicho profesor, E. G., que está vivo y aparece como victimario en las publicaciones realizadas por la UPNA y el Gobierno de Nafarroa en torno a la pederastia en la Iglesia y los centros escolares en Nafarroa, desarrolló luego de su paso por la docencia y por dicho colegio una fructífera carrera como psicólogo y también ejerció en el ámbito universitario.

Declaraciones del acusado

Las denuncias actuales se centran en su etapa como profesor en el colegio de Iruñea. Pero precisamente el hecho de su relevancia posterior y proyección pública en medios, tratando temas de bienestar emocional o de cómo canalizar el perdón no hacen sino enervar el ánimo de estos pamploneses. El implicado, E. G., dice “no haber cometido abusos” pero muestra su “dolor y sufrimiento por si he causado dolor. Pido perdón por ello”, aseguró en una conversación con este periódico.

La comisión encargada por el Ejecutivo foral para investigar y esclarecer estos casos ha reconocido ya a varios de los aquí denunciantes como víctimas desde una acreditación oficial, so pena de que en dicha nomenclatura no aparezca sin embargo el victimario de ese hecho.