Amaneció un domingo sin estado de alarma y con buen tiempo, lo que aseguraba que las terrazas de los bares estarían repletas, y así ha sido hasta primera hora de la tarde. El poteo dominical podía prolongarse comiendo en una terraza sin tener que levantarse a las 16.30 horas, como antes del decreto publicado el sábado por el Ejecutivo de Urkullu.

Dos horitas más para que los clientes de la tarde-noche tuvieran tiempo suficiente para demorarse en una terraza hasta el anochecer. "Son solo dos horas más, pero la verdad es que dan de sí y saben a gloria, porque eso de irte a casa aún de día era un fastidio", comentaba Arrate Ereño, sentada con sus tres amigas en una terraza de Santutxu.

"Desde hoy podremos quedar más tarde y nos dará para cenar unos pintxos a una hora más normal", subrayaba encantada. "Creo que para los bares también va a ser un soplo de aire fresco, aunque sigan con restricciones", opina.

Su amiga Saray Llanos confía en que las vacunas salven la situación, porque "hay demasiada gente irresponsable, egoísta y poco empática que solo le importa su libertad de pacotilla", afirma esta joven auxiliar de geriatría. "En general la gente respeta las medidas, pero vemos que después de unas cervezas algunos se olvidan de la mascarilla y la llevan de babero", se quejaba.

CENAS MÁS TRANQUILAS

Un tiempo extra de apertura supone una buena noticia en este calvario pandémico y laboral en el que sobreviven los hosteleros, ya que tener abierto sin horario interrumpido y alargar hasta las 22.00 horas permite a la gente comer y cenar más tranquilamente. "Al menos, se notará en la caja", constataba Garazi Soria. "Nos va a venir muy bien para incentivar las cenas y levantar un poco la economía", señalaba esta camarera de la Bodega Bilbao Doscuatro en la calle Licenciado Poza. "Seguramente empezaremos a notarlo a partir de este lunes (por hoy), y sería muy gratificante que empezaran a llegar turistas, porque para la hostelería de Bilbao es un ingreso muy importante y dependemos mucho de ellos", confesaba Garazi.

El hecho de que ya no haya restricciones a la movilidad , ni toque de queda, anima bastante a los hosteleros. "Es un punto esperanzador, pero en mi caso no he recibido aún reservas para cenas. Hemos tenido cerrado los fines de semana, asi que a ver cómo se presenta el panorama a partir del lunes", confiesa Josean Cruz, gerente del Restaurante Bikandi, en el Campo Volantín. "Tengo fe en que empecemos a remontar poco a poco. Veo que la gente tiene muchas ganas de salir".

Este hostelero también confía en que sin cierre perimetral, el turismo empiece a llegar y mejoren las cosas pese a las restricciones del decreto, que limita aforos y horarios de cierre. "Mi restaurante está rodeado de hoteles, pero hasta ahora todo el turismo ha sido por motivos laborales. Espero que esto cambie y podamos dar menús y cenas al turista de ocio de otras comunidades ", confía Cruz.

En la zona de bares de García Rivero, en Indautxu, las terrazas seguían ocupadas pese a la lluvia que comenzó a caer a las 15.00 horas. "Con lo que hemos estado pasando, cualquier mejora suma. Más que las dos horas de apertura es poder sentar a la gente en el interior y que coma sin tener que levantarles por la imposición de horarios, eso ya es un buen avance. Además, el nuevo horario nos permite dar cenas con más tranquilidad", admite Aitor Galarza, socio del Restaurante Al Lío.

"Creo que también vamos a notar la fuga de clientes a otras comunidades, porque en Cantabria, La Rioja o Castilla-León, la hostelería puede abrir hasta medianoche, y mucha gente quiere ir a abrir sus segundas viviendas después de tanto tiempo sin poder hacerlo", apuntó.

Para Antón e Inés, "por seguridad" sería más lógico poder abrir hasta medianoche, pero solo en el exterior. "Sería mucho mejor que los bares pudieran cerrar a medianoche, pero que atendieran solo en terraza" comentaba la pareja mientras tomaban algo en una mesa del exterior del Zaharra, en Indautxu. "No veo mucha diferencia entre abrir dos horas más o cuatro. ¿Nos vamos a contagiar más por eso? Sería más seguro que los bares tuvieran tiempo de dar cenas, pero en el exterior. Es fundamental consumir fuera".