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La familia de Borja Lázaro sigue a la espera de noticias

El joven gasteiztarra desapareció hace dos años durante un viaje a Colombia

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Bilbao - A Borja Lázaro Herrero se le perdió la pista el 7 de enero de 2014 en el desértico departamento de La Guajira, en el norte de Colombia. El joven gasteiztarra, que en el momento de su desaparición tenía 34 años, estaba pasando unos días en la localidad turística de Cabo de la Vela. Se alojaba en un hostal y fue visto por última vez aquel día después de pasar la noche tomando algo con otros turistas. “La última vez que se ha podido comprobar que estaba allí en el Cabo de la Vela fue el 7 de enero. Estaba alojado en un hostal, y ahí se ha encontrado una cámara fotográfica, un pasaporte y cosas de ropa”, explicó entonces el cónsul español en Cartagena, Juan Antonio Martínez.

Lázaro Herrero trabajaba como informático en Luxemburgo hasta que en agosto de 2013 se mudó a México con su novia, Danny Sánchez, por motivos laborales de ella. Ingeniero informático de profesión y aficionado a la fotografía, el joven gasteiztarra se tomó entonces unos meses para recorrer América Latina con su cámara. En noviembre de ese año había llegado a Colombia y había recorrido la costa Caribe, Bogotá y convivido varias semanas con familias indígenas Wayúu en La Guajira.

En el momento de su desaparición, el gasteiztarra se encontraba en la localidad turística de Cabo de Vela, en ese mismo departamento del noreste colombiano. El turista alemán Lión Beharkremer estuvo con él la noche antes de que se perdiera su rastro. Según su reconstrucción de los hechos, a las 22.15 ambos jóvenes salieron del hostal y vieron un choche aparcado en la puerta con dos hombres en su interior que no conocían y quienes les ofrecieron una bebida “bastante fuerte”. Según Beharkremer, ambos la consumieron y se fueron a la cama. A la mañana siguiente, Borja no estaba en la habitación, pero sí sus pertenencias, a excepción del teléfono móvil.

En el momento de su desaparición, la Policía Nacional de Colombia barajó tres hipótesis: secuestro, que se ahogara en el mar o que se introdujera desorientado en el desierto y estuviera perdido. Hasta ahora no se ha vuelto a saber nada de Borja Lázaro Herrero. Ni una sola pista que pueda arrojar algo de luz a la familia del desaparecido.

Tampoco sabe nada la familia de Hugo Ferrara, un barcelonés de 27 años, desaparecido en Brasil hace dos meses. El joven fue visto la última vez en Brasilia el 18 de diciembre de 2015. En la estación de la capital brasileña le dejaron unos amigos antes de partir hacia Sao Paulo. Dos días después se tenía que haber reunido con su amigo finlandés Kristian Helenius en Lençois (Bahia), pero nunca se presentó.

La familia, que cree que Ferrara viajó a Bahía y desapareció en el Parque Nacional de la Chapada Diamantina, ha emprendido una búsqueda por su cuenta y ha viajado hasta Brasil ante la impotencia de ver que el caso no avanza y entre fuertes críticas a la actuación de la policía brasileña.

El de las desapariciones es un drama que viven a diario miles de familias europeas, como la de Borja Lázaro y Hugo Ferrara, y antes la de Hodei Egiluz. Y es que cada año se producen en Europa unas 250.000 desapariciones, de las cuales el 4%, en torno a 10.000, se quedan sin esclarecer.