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“El ébola es como un incendio, si no se apaga a tiempo puede provocar nuevos focos”

Guillermo Quindós tacha a los políticos de paternalistas por sus mensajes inciertos. “Para el ébola no hay fronteras, para los virus no existen fortalezas inexpugnables”, les recuerda

“El ébola es como un incendio, si no se apaga a tiempo puede provocar nuevos focos”EFE

Bilbao - La catastrófica dimensión que ha alcanzado la actual epidemia de ébola obliga a este profesor vasco de Microbiología clínica e Infección, y divulgador científico a prodigarse por numerosos foros para poner luz sobre esta cuestión.

Esta semana ha habido seis ingresos por sospecha de ébola. ¿Estamos asistiendo a una crisis fuera de control?

-Bueno, ya sabemos que esta hipótesis está prácticamente descartada a falta de la segunda prueba de detección del virus. La hospitalización de estas personas se ha realizado para seguir el protocolo de alerta que pretende evitar que se produzcan nuevos casos en España. De los cuatro enfermos en estudio, el que inicialmente tenía más posibilidades de haber enfermado era el cooperante de Cruz Roja que había estado atendiendo a enfermos con ébola en África. Si alguno de estos enfermos padeciera ébola, no podríamos hablar de un brote incontrolado, sino de casos aislados y se procedería a su tratamiento en aislamiento y con las medidas de seguridad pertinentes.

¿Cuál es el mayor peligro?

-El mayor peligro sigue siendo la progresión de los dos focos de la enfermedad en África. Estos focos podemos compararlos con incendios, sino se apagan a tiempo, las pavesas y las llamas pueden provocar nuevos focos. De los 1.000 millones de dólares que ha solicitado la Organización Mundial de la Salud para poder apagar esta epidemia, los diferentes gobiernos ha aportado poco más del 25%. Si se sigue actuando con esta racanería, el problema se puede desbordar de una manera muy preocupante.

La medida de la UE de obligar a los pasajeros de vuelos sospechosos de informar sobre su paradero ¿se debería haber hecho antes?

-Creo que todas las medidas conducentes a eliminar los posibles riesgos de diseminación de la enfermedad de ébola que se han puesto en práctica son adecuadas. La gran mayoría de estos viajeros no van a padecer ébola pero saber dónde van a estar es la mejor manera de evitar riesgos en una situación de alarma internacional como la actual.

¿Se han corrido demasiados riesgos con las repatriaciones de enfermos?

-Son acciones que suponen un riesgo importante si no se cuentan con las personas y las infraestructuras adecuadas para el cuidado seguro de los repatriados. Sin embargo, creo que es un deber ético repatriar a los voluntarios de un país que están ayudando a controlar los problemas sanitarios de interés mundial, como es este caso. La pregunta de fondo que nos deberíamos hacer es si después de los grandes recortes que ha sufrido la sanidad española, y el hospital Carlos III ha sido una de las víctimas más castigada por estos recortes, estábamos preparados para atender adecuadamente a estos enfermos terminales.

¿Por qué está siendo tan difícil controlar la expansión del virus?

-En esta ocasión, el brote de ébola se ha producido en una zona de África más poblada, con una miseria extrema. Entre muchas personas se ha extendido la creencia de que la enfermedad no la causa un virus, sino que es una maldición o un castigo, con lo que no han acudido a los pocos centros sanitarios donde podían haberles atendido. Por otra parte, los enfermos y sus familias son estigmatizados por la sociedad y la mayoría intentan que no se sepa que están enfermos. Además, los funerales tradicionales incluyen que las mujeres de la familia de los fallecidos laven y unjan los cadáveres y que se produzcan manifestaciones de sentimientos entre los que acuden a los funerales que incluyen un contacto con el cuerpo del fallecido. Esto ha ocasionado nuevos contagios.

¿Cree que los protocolos han sido demasiado laxos, que los trajes de protección eran vulnerables?

-Los protocolos son mejorables y la revisión de los mismos realizada la semana pasada ha subsanado algunas lagunas existentes. No tengo información suficiente para decir si los trajes reunían las condiciones necesarias pero la industria que los fabrica cumple de manera estricta los estándares exigidos y es poco probable que estos trajes sean vulnerables. La forma de ponérselos y quitárselos requiere entrenamiento y práctica. Donde sí que parece que hay una situación que no es completamente satisfactoria es con el espacio de la esclusa donde el personal sanitario se pone y quita los trajes. Un espacio más amplio para estos cambios sería muy conveniente. La investigación sobre la causa del contagio nos permitirá aclarar los hechos.

¿Por qué se dijo que en un país con un sistema sanitario avanzado los contagios no eran previsibles?

-Los gobernantes tienden a transmitir mensajes excesivamente paternalistas para tranquilizarnos. Y los mensajes iniciales fueron desafortunados. Cuando los expertos han empezado a explicarnos la situación con datos y no con deseos, los ciudadanos nos hemos dado cuenta de la realidad. La realidad es que hay motivos para estar vigilantes mientras la comunidad internacional no sea capaz de frenar la epidemia en África. Mientras no se solucione allí, el resto de las medidas locales pueden ser adecuadas pero es imposible encerrarse en una fortaleza inexpugnable. Las fronteras no existen para los virus y tampoco para el ébola. Ningún país puede quedarse al margen de la solución de la epidemia en África porque no es un problema de los africanos, es un problema de toda nuestra especie.

¿Por qué no hay vacuna contra el ébola a pesar de que la enfermedad tiene casi cuarenta años?

-La mayoría de las vacunas son desarrolladas por empresas farmacéuticas privadas o por consorcios entre empresas públicas y privadas. El desarrollo de una vacuna contra el ébola no se ha considerado prioritario porque el número de enfermos hasta ahora ha sido muy bajo, y la gran mayoría de estos con muy pocos recursos económicos. En estos momentos hay dos vacunas que han dado resultados muy positivos en primates.

¿En qué momento se encuentran?

-Hay varios gobiernos que están invirtiendo en que se desarrollen estas vacunas. Una de ellas está en la fase I de su estudio clínico y se estima que se empezará a vacunar, en África entre enero y marzo de 2015, a las personas con mayor riesgo de contraer la enfermedad, es decir, a las personas que atienden a los enfermos, tanto personal sanitario como familiares y allegados de los que padecen ébola.

Si como nos dicen los especialistas el contagio del virus es difícil. ¿A qué atribuye esta ola de casos?

-El contagio es por contacto con las personas o animales enfermos o fallecidos a causa del ébola y también por contacto con sus secreciones (saliva, mocos, vómitos, heces, sangre, etc.) o con aquellos objetos contaminados por estos. La carga viral es muy alta en las últimas fases de la enfermedad de las personas que no se curan, en los cadáveres y en los objetos contaminados en estas circunstancias. Por este motivo es necesario que las personas que atienden a los enfermos, manipulen las ropas de cama o la ropa de estos o se encarguen del entierro de los fallecidos extremen las precauciones. Además los entierros deben realizarse de forma segura y es recomendable la incineración.

Parece que en esta epidemia todo nos ha pillado por sorpresa.

-Como comenta la doctora Margaret Chan, directora de la OMS, tenemos los conocimientos necesarios para controlar esta epidemia aunque hasta el momento no haya un tratamiento específico contra el virus. Para conseguir este objetivo es necesaria la implicación real de personal sanitario preparado que disponga de todo lo necesario para atender adecuadamente a los enfermos y a las personas con un riesgo mayor de contagio, por lo que es necesaria una importante contribución económica por parte de todos los países. Si tenemos en cuenta, la cantidad solicitada por la Organización Mundial de la Salud, 1.000 millones de dólares, el desembolso económico que deberían realizar las naciones es muy pequeño.