Universitarios: residencia o piso
Los estudiantes universitarios deben optar entre un Colegio Mayor o alquilar una vivienda durante el curso El precio es un factor decisivo en esta elección
Bilbao
Septiembre a septiembre, miles de estudiantes cambian su localidad de origen por nuevas ciudades donde comenzarán una etapa más de su vida en la que la primera decisión a tomar gira en torno al lugar que sustituirá al hogar familiar. Las opciones a escoger se reducen principalmente a dos: por una parte, la posibilidad de entrar en un Colegio Mayor o una residencia de universitarios o, del otro lado, vivir en un piso, muchas veces acompañados de otros jóvenes en edad de formación.
En un contexto de crisis económica como el actual, el precio es un factor importante a la hora de decidir. "Es más barato vivir en piso que en una residencia o Colegio Mayor. Si buscas uno bueno y haces una cocina económica al final siempre saldrá más barato", asegura Carmen, que estudia en la Facultad de Bellas Artes en Leioa venida de Santander. En Euskadi, el precio de los colegios mayores gira en torno a los 900 euros, aunque en Donostia puede superar los 1.000 euros.
Por ejemplo, el Colegio Mayor Miguel de Unamuno, vinculado y gestionado por la UPV/EHU, y que acoge a casi 200 estudiantes, es el más barato con 800 euros aproximadamente. Otros optan por congelar los precios para facilitar la entrada de residentes, como el Colegio Mayor Bidealde. "El nuestro es un centro caro -sobrepasa los 900 euros mensuales con pensión completa- por lo que llevamos varios años sin subir precio. Al final, conseguimos llenar el centro", declara Juan de los Ángeles, director de Bidealde, un pequeño y céntrico Colegio Mayor bilbaino que acoge a 52 residentes.
TRADICIÓN UNIVERSITARIA
Históricamente, los colegios mayores han sido la esencia más pura de la universidad constituyendo parte de la misma. Los colegios mayores destacan por ofrecer una amplia oferta cultural, académica e incluso deportiva, a diferencia de las residencias, que solamente aportan alojamiento y servicios de comida y limpieza. "Hay diversas comisiones de alumnos que organizan diferentes actividades. Por ejemplo, hay una banda de música que está formada por cuarenta integrantes, un coro que ensaya junto a la banda, una comisión para organizar partidos de deportes, una que enseña euskera... También organizamos ciclos de conferencias", resume Xabier Murelaga, director del Miguel de Unamuno, situado en el barrio bilbaino de San Inazio.
El curso pasado, la ocupación de estos centros de tradición universitaria fue del 92%, por lo que se ha decidido aumentar las becas directas. "Este año hemos conseguido unos 20.000 euros, y el año que viene intentaremos conseguir 100.000. Queremos que el Colegio Mayor sea el sitio en el que ayudas a que los estudiantes a hacer una buena carrera, y que la puedan hacer con independencia del dinero que tengan", explica Juan.
La calidad del estudio y el ambiente universitario son las bazas que juegan a favor de los colegios mayores y residencias en contraposición a los pisos. "El estudio es mucho mejor en la residencia, y la sociabilidad también era más alta ya que en el piso siempre estás con las dos o tres compañeras. Además, en las residencias siempre hay gente que te puede aclarar dudas", afirma Celia, que pasó su primer año de carrera en una residencia en Bilbao.
NUEVAS RESPONSABILIDADES
También la comida y la alimentación es un factor importante para decantarse por piso o residencia. "En mi residencia había cocina para prepararte tu propia comida o podías elegir una pensión; mientras que en el piso siempre he tirado de comida traída de casa, además de aprender lecciones básicas de comida", señala Javier, que pasó su primer año de carrera en la residencia Mañarikua, en Derio. "Los típicos tupper de tu madre en el congelador ayudan mucho. Y si no, cocinar algo de vez en cuando, que nunca viene mal y te da algo de independencia y seguridad", añade Carmen.
Sin embargo, aparte del precio, el piso otorga un mayor grado de libertad que atrae a los universitarios. "Al principio, hay muchos a los que les desagradan los horarios de cierre por las noches que son a las once entre semana y a las dos de la madrugada los viernes y sábados. Mucha gente lo tiene como algo muy relevante pero al final se llega a acuerdos fácilmente ", comenta el director de Bidealde. "En un piso, al no tener a una figura autoritaria todo el tiempo encima la libertad que se tiene es mucho mayor", afirma Javi.
La estancia en una ciudad nueva suele conllevar un rápido proceso de maduración para el universitario ya elija un piso o una residencia o Colegio Mayor. "En un piso, al final, o eres más responsable o se vuelve todo un poco desastroso. Hay que limpiar, ser respetuoso con los compañeros. Y te haces mucho más consciente de lo que vale la vida en general", explica Carmen. De todas maneras, la carrera universitaria es larga, por lo que suele permitir vivir las dos caras de la vida fuera del hogar. "Para el primer año de carrera aconsejaría sin dudar una residencia y para los posteriores, la madurez que otorga un piso", asegura Celia.
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