buenos aires. El dibujante Francisco Solano López, ilustrador de El Eternauta, obra cumbre de la historieta argentina, murió el viernes a los 83 años en un sanatorio de Buenos Aires después de sufrir una hemorragia cerebral.

Solano López ganó popularidad como dibujante de El Eternauta creado por Héctor Germán Oesterheld, que narra las aventuras y desventuras de Juan Salvo, viajero del tiempo que trata de salvar a su familia de una tragedia inminente.

Los familiares del ilustrador, nacido en 1928 en Buenos Aires, indicaron a medios locales que el cuerpo fue incinerado y alojado luego en una bóveda del cementerio del barrio porteño de Recoleta.

Solano López inició sus primeros pasos en la ilustración en 1953, cuando ingresó en la editorial Columba, dos años antes de que creara equipo con Oesterheld para la serie Bull Rocket de la revista Misterix.

Más tarde, Solano se incorporó a la plantilla de la editorial Frontera, que pertenecía a Oesterheld, con quien trabajó en varios cómics, entre ellos El Eternauta.

Realizada en apenas dos años, los transcurridos entre 1957 y 1959, la historia es una crítica contra el individualismo social, un canto a favor de la unión de los hombres para contrarrestar el avance de los sistemas antidemocráticos.

"Oesterheld decía que El Eternauta era su versión de Robinson Crusoe. El grupo humano del cómic son unos náufragos que se encuentran rodeados por la muerte, mientras que Crusoe estaba rodeado por el océano Pacífico. Ambos luchaban por sobrevivir echando mano de lo que tenían a su alrededor", analizó el dibujante en una entrevista con Efe realizada en abril pasado.

Solano López vivió en Europa entre 1963 y 1968, donde creó otros personajes, hasta que en 1976 aceptó una propuesta para crear una segunda parte de El Eternauta junto a Oesterheld, quien militaba en el grupo guerrillero Montoneros y fue una de las víctimas de la última dictadura militar argentina.

Guionista e ilustrador retomaron la serie apenas unos meses después de que comenzara la dictadura (1976-1983), en tiempos en que Oesterheld alumbraba una trama con proclamas a favor de la sublevación popular.

"La primera parte era más metafórica, mientras que esta segunda, con cuyo tono no coincidí en su momento, reflejó con más crudeza la realidad de los años setenta", reconoció Solano López.

Este discurso no pasó inadvertido para la dictadura, que obligó a que Solano López se exiliase en 1977 en Madrid, mientras que Oesterheld y sus cuatro hijas -de 18, 19, 24 y 25 años- se convirtieron en cinco de los 30.000 desaparecidos que dejó el régimen.

En España, Solano López finalizó su saga Slot Barr y creó junto a su hijo Gabriel Ana y las Historias Tristes.

Años más tarde hizo incursiones en el cómic erótico hasta que, en 1997, volvió a dibujar El Eternauta en una nueva serie que creó junto a Pablo Maiztegui.

El dibujante hizo luego varias versiones de su mítico personaje, que le llevaron a ganar múltiples premios en Argentina y el exterior, como el Premio Especial El Madroño que recibió en 1998 en España y una mención en la convención de 2007 de Comics y Games (Italia).

Solano López colaboraba actualmente con el portal de la agencia estatal de noticias Télam, en donde publicaba la historieta Sección imposible.