Bilbao. Las disciplinas más habituales entre los delincuentes consagrados a los delitos contra el patrimonio (hurtos y robos, principalmente) están de capa caída, como demuestra el paso de 108.413 a 97.123 fechorías perpetradas en un solo año, una circunstancia inexplicable incluso para el propio fiscal superior de la Comunidad Autónoma Vasca, Juan Galparsoro, quien manifestaba ayer que "estamos en una gravísima crisis económica y parece que tendría que ser lo contrario y tendrían que aumentar los delitos contra el patrimonio; sin embargo, en las modalidades más importantes no se aprecia esto".

El fiscal del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) buscó la explicación a este hecho (que calificó de "coyuntural") en las armas de que dispone el Estado de Derecho para combatir comportamientos ilegales: eficacia policial, juicios rápidos y medidas preventivas. En cualquier caso, el fiscal superior quiso centrar la atención en el preocupante incremento de otro tipo de conductas ilícitas como la tenencia o distribución de pornografía infantil que, entre 2009 y 2010, ha pasado de 17 a 60 casos (+252%). En este sentido, Galparsoro alertó de que la posición dominante de internet en todos los ámbitos de la vida humana está diversificando las formas de delinquir.

No obstante, el fiscal superior descartó la necesidad de crear fiscalías específicas para hacer frente a este tipo de delitos ya que, según dijo, "no tienen el volumen suficiente. Internet es un medio a través del que se comete el delito, pero el delito sigue siendo la estafa, el fraude, la pornografía infantil, las amenazas, las coacciones, las injurias o el acoso a través de las redes sociales". Eso sí, abogó por aumentar el número de fiscales que ejercen en los tres Territorios Históricos, uno por cada, y dotarles de más medios y mejores instrumentos para poder realizar su labor.

Menores de edad También llamó la atención el fiscal superior sobre los episodios de violencia en sus múltiples vertientes, aunque con especial insistencia en los casos protagonizados por menores. Y es que, según los datos estadísticos recogidos en la Memoria Judicial correspondiente a 2010, el pasado año se contabilizaron hasta 113 asuntos de violencia doméstica contra los progenitores y otros siete de violencia de género contra sus parejas. Por todo ello, Galparsoro anunció el establecimiento de una alianza estratégica con la Administración vasca para tratar de prevenir este tipo de sucesos.

El fiscal jefe del TSJPV destacó, asimismo, los datos de violencia de género computados a lo largo de 2010 en el conjunto de la CAV, donde se registraron un total de cinco asesinatos de mujeres (cuatro de ellas a manos de sus parejas o exparejas y una, por su hijo) frente a los dos asesinatos de 2009. "Este año no llevamos ninguno y esperamos que siga la tendencia", dijo. En cualquier caso, Galparsoro reiteró su voluntad y determinación de impulsar medidas de protección para las mujeres a través, por ejemplo, de la distribución de las famosas pulseras antimaltratador.

En el lado positivo (o menos negativo) de la balanza de la Justicia, cabe destacar el valioso debilitamiento experimentado por la criminalidad en general (-4,85%) y, en particular, por las actuaciones de los amigos de lo ajeno pese a que los delitos contra el patrimonio continúan representando las tres cuartas partes del total de expedientes abiertos por la Fiscalía. En términos generales, durante 2010 se incoaron 133.183 procedimientos penales frente a los 139.971 de 2009.

Un repunte delictivo Araba, con 22.015 expedientes, fue el único territorio histórico de la Comunidad Autónoma Vasca en el que se incrementaron estos trámites judiciales (con un aumento del 1,8%). En Gipuzkoa se incoaron 39.462 casos (-2,97%) y en Bizkaia 71.706 (-7,7%). En el apartado específico de los delitos contra el patrimonio también se ha comprobado un descenso del 10,41% al pasar de 108.413 en 2009 a 97.123 en 2010, de los que 51.291 se perpetraron en la geografía vizcaina.

Del total de este tipología de ilícitos, y según recoge el balance, prácticamente uno de cada tres correspondieron a hurtos, es decir robos sin violencia ni daños, que ascendieron a 44.102 casos. Les siguen los robos tipificados en la Ley como con fuerza en las cosas (24.824) que son los empleados para acceder al lugar donde se encuentra el objeto a sustraer; los daños (15.231), las estafas (5.036) y los robos con violencia o intimidación (3.869), entre otros. Asimismo, y entre las conclusiones amparadas en el informe, únicamente en el 1% de los casos se descubre al autor de los mismos.

Un repaso rápido a las múltiples entradas de la Memoria presentada ayer por el fiscal jefe del TSJPV constata un hecho inseparable (este sí) a la actual situación de numerosas economías domésticas vascas: el año pasado crecieron un 13% los delitos por impago de pensiones.