BERMEO. El buque Playa de Anzoras fue atacado ayer por un grupo de piratas somalíes cuando navegaba en aguas internacionales. Los agentes de la seguridad privada del atunero abrieron fuego disuasorio y los piratas también dispararon hacia el barco, pero sin alcanzarlo. Finalmente, se dieron a la fuga.
El barco, de la empresa bermeana PEVASA, detectó la presencia de un buque nodriza pirata y dos esquifes en una zona ubicada a más de 425 millas náuticas de las costas de Somalia y a unas 600 millas de la capital Mogadiscio. Como quiera que las embarcaciones atacantes trataban de aproximarse al atunero, los agentes de seguridad privada de la embarcación abrieron fuego para tratar de disuadir a los agresores. Los piratas dispararon sus armas sin que lograran alcanzar el buque pesquero hasta que finalmente optaron por abandonar la persecución ante las escasas posibilidades de aproximarse al buque.
segundo ataque El Playa de Anzoras pertenece a la empresa armadora bermeana PEVASA. Se trata de la segunda ocasión en la que este pesquero repele un ataque pirata. En septiembre de 2008, un grupo de piratas somalíes trató sin éxito de asaltar y hacerse con el control de esta embarcación. Otro pesquero de esta empresa, el Playa de Bakio, fue secuestrado en abril del 2008 y permaneció en manos de los piratas por espacio de seis días.
Durante las últimas semanas se suceden los ataques e intentos de secuestro contra unidades de la flota atunero congeladora vasca que faena en aguas del Océano Índico. Los buques Erroxape, Elai Alai y Demiku han logrado repeler intentos de secuestro por parte de grupos de piratas somalíes desde que finalizaran los monzones y mejoraran las condiciones meteorológicas en aguas de la zona occidental del Océano Índico.
La presencia de agentes de seguridad privada a bordo de los pesqueros permite responder con eficacia a las agresiones de piratas somalíes. No obstante, la zona donde faena la flota atunero congeladora presente una notable presencia de buques piratas y los avistamientos se producen un día si y otro también. El peligro es latente y los atuneros se hallan en una alerta continua ante la posibilidad de ser atacados en cualquier zona y en cualquier momento.
Una ONG informaba el jueves de que los piratas somalíes tienen en estos momentos secuestradas treinta embarcaciones extranjeras con al menos 510 tripulantes a bordo.
Los elevados rescates pagados para la liberación de los barcos, cientos de millones de dólares en los últimos cinco años según la ONU, hacen que los piratas somalíes cuenten cada vez con medios más modernos para seguir sus actividades, cada vez más lejos y más frecuentemente, en las costas del Índico.
Los tripulantes de los atuneros que faenan en la zona viven con verdadero temor que se pueda producir otro secuestro como el que sufrió el año pasado el Alakrana. "No dormimos tranquilos", señalan los arrantzales, que ven cómo se suceden los incidentes y que temen que en algún momento los piratas consigan su objetivo pese a las medidas de seguridad.