Celaá cierra el curso sin la transferencia de los 200 profesores vascos de Religión
Educación aduce que el contexto de crisis dificulta la negociación con el Ministerio
Bilbao. El Departamento de Educación del Gobierno vasco cierra este curso sin haber atado la transferencia del profesorado de Religión. Este colectivo, unos 200 docentes, depende de la transferencia para poder acogerse a las liberaciones para estudiar euskera. El próximo día 21 sale la lista de los admitidos y no estarán en ella, a no ser que el Gabinete de Isabel Celaá cierre un convenio in extremis.
Ayer, representantes de LSB-USO, ELA y FETE-UGT -CC.OO. no acudió a la cita- mantuvieron una reunión con los grupos parlamentarios del PNV, PSE y PP con el fin de lograr su apoyo y presionen al Ejecutivo para que haga efectivo la Proposición no de Ley aprobada en febrero por el Parlamento, por la cual se instaba a "realizar en el plazo más breve posible" la transferencia y Euskadi tenga las plenas competencias educativas en cuanto a gestión de personal, los 200 docentes de religión de los centros públicos de Infantil-Primaria y los 9 funcionarios docentes de prisiones, colectivos ambos gestionados por el Ministerio.
Fuentes sindicales apuntaron que el Departamento estima que esa transferencia podría llegar en setiembre junto con las políticas activas de empleo y que, en tal caso, Educación se estaría planteando la posibilidad de abrir una convocatoria extraordinaria de Irale a partir de octubre.
La lucha arranca de lejos, en las postrimerías del mandato de Tontxu Campos, y prosiguió con la nueva responsable de Educación. La esperanza en el colectivo se enciende cuando en febrero el Gobierno vasco publica una nota por la que los profesores de Religión pueden solicitar cursos con liberación en la convocatoria 2010-11. De hecho, todas las peticiones son admitidas con la observación siguiente: "las liberaciones serán efectivas una vez el colectivo sea transferido". Y he aquí el problema, que las negociaciones entre los socialistas en Gasteiz y Madrid no acaban de materializarse, pese a las reiteradas manifestaciones públicas. En marzo, Lehendakaritza reitera la voluntad del Ejecutivo de transferir al colectivo; pero informa de las diferencias de interpretación entre el Gobierno vasco y central sobre el contenido del cupo y del Concierto Económico, que dificulta los avances en la negociación de ésta y otras transferencias.
Como Educación comienza a dudar de que el compromiso de la transferencia se realice antes de fin de curso decide no admitir a los exámenes de nivel de los cursos de liberación al colectivo, reconociendo que sin transferencia no era posible la liberación del colectivo para el programa Irale. La mayoría sindical protesta y solicita una reunión con Educación (11-05-10), encontrándose con su negativa a reunirse con los sindicatos para abordar esta cuestión. Nadie se explica que Educación no se haya reunido desde mayo con ellos. El PP realiza en mayo una interpelación parlamentaria en el pleno de control en la que Celaá subrayó que "antes de final de año" se podrá conseguir esa transferencia. Mientras tanto, suscribir un convenio de colaboración con el Ministerio para llevarlo a cabo. A respuesta otra interpelación del PNV, Celaá reconoce que la materialización de la transferencia es complicada por los recortes económicos que afectan a todo el proceso de transferencias al no conseguirse un consenso económico. Esto obliga a los sindicatos a tener que publicar una nota de protesta que es entregada a los grupos parlamentarios explicando los motivos de la misma en sede parlamentaria. Y desde entonces hasta hoy, silencio administrativo.
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