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El amigo que alertó del crimen cree que el acusado no estaba borracho

se reunió con él dos horas después del asesinato Otro allegado que compartió las horas previas afirma que "estaba borracho pero no para hacer una barbaridad"

El amigo que alertó del crimen cree que el acusado no estaba borrachoFoto: EFE

Iruñea. El primer hombre al que José Diego Yllanes confesó el crimen de Nagore Laffage es también médico residente en la Clínica Universitaria, especialista en Psiquiatría, y afirmó ayer, tercera jornada del juicio por estos hechos, que ese encuentro con Yllanes y el relato deshilado del crimen fue "la situación más traumática de mi vida".

Sin tratarse de un íntimo, a Guillermo, que así se llama el compañero de trabajo de Yllanes, le extrañó que le llamara el acusado para algo que parecía tan importante. Le llamó por el busca de guardia de la Clínica, le metió prisa para el encuentro. "Cuando recogí a José Diego, estaba muy nervioso. Hablaba con parones, entrecortado, llorando y muy angustiado. Pero no estaba borracho, no tengo esa impresión. Tampoco olía a alcohol, lo único que percibí es que olía a algo muy fuerte (probablemente el Volvone que utilizó para limpiar el piso)".

Le costó saber lo que le quería decir: "Lo primero que me dijo es que había hecho algo muy malo y que no le iba perdonar en la vida. Decía palabras sueltas: una chica, el alcohol me sienta muy mal...". Guillermo entonces le preguntó: "¿La chica está muerta? Y se puso muy nervioso y echó a llorar".

Guillermo le insistió a Yllanes en que tenían que marchar juntos a la Policía. Ahí, el acusado le indicó a Guillermo que viendo que no le quería ayudar "tenía que haber avisado a su primo" y le amenazó en el caso de que lo contara. "Me dijo que si le delataba, se subía al tercer piso y se tiraba ahora mismo".

declaración del amigo "Estaba bastante influenciado por el alcohol, pero no como para hacer una barbaridad". Así resumió, por su parte, el amigo de Yllanes unas tres horas antes de que se encontrase con Laffage. En todo caso, dijo que "no es agresivo". "Para mí era una persona normal, un buen amigo y una gran persona. No sé que pasaría aquella noche ni por qué, pero debe hacerse Justicia". Compañero de carrera y "amigo íntimo", el testigo relató que Yllanes, "estaba bastante influenciado por el alcohol, pero no estaba borracho como para hacer una barbaridad". Reconoció que el procesado podía "deambular, hablar y reconocer a la gente" sin ningún problema y que las afecciones por el alcohol se limitaban a una mayor locuacidad en Yllanes y a la utilización de frases un tanto "incoherentes".