Bilbao - Se arrancan a elogiar a Eduardo Madina de manera algo fría, en consonancia con la forma de ser algo “adusta” que atribuye al candidato del PSOE Carlos López Berges, quien conoció al chaval de Arangoiti cuando solo era un “alevín” socialista que entró por primera vez en la agrupación de Deusto, allá a principios de los años noventa. Es un espejismo. La conversación se va animando y los elogios llegan. El pin que lleva prendido en el jersey delata que para Carlos, que fue concejal en Bilbao en los años ochenta, esta es una oportunidad única que pasa porque aquel joven larguirucho se convierta en el próximo secretario general del partido.

Carlos, así como sus compañeros de agrupación Pilar Fernández de Pinedo y Francisco Berjón, que ahora llevan las riendas de la agrupación en la que está afiliado Madina y donde votará el próximo domingo, apoyan sin ambages a su compañero pese a que este encuentra dificultades para trasladar su mensaje a la militancia del PSE, como se demostró con el triunfo de su contrincante Pedro Sánchez en la recogida de avales. “Nosotros lo apoyamos totalmente porque entre otras cosas estamos unidos emocionalmente a él”, expone Francisco.

En un momento histórico en el que la cuestión territorial del Estado español marca la agenda política, todos ellos coinciden en que la condición de vasco de Madina puede aportar un plus si se convierte en el próximo líder del PSOE. Francisco Berjón entiende que el de Arangoiti pondrá “su impronta” y ahí se verá “cómo afronta los muchos problemas que tiene España, y uno de los que tiene es el territorial”.

Pilar Fernández de Pinedo lo tiene claro: “Por lo que va diciendo en campaña creo que Eduardo entiende un poco mejor lo que pasa en Euskadi y Cataluña”. El siempre entusiasta Carlos López va más allá: “Me sentiría profundamente optimista porque creo que lo haría de maravilla. Como docto en Historia sabría manejar bien, ecuánimemente, los temas de Euskadi y Cataluña”.

Carlos conoció a Madina cuando este tenía 17 años y entró en la agrupación de Deusto que gestionaba por aquel entonces el veterano afiliado. “Era un grupo de chavales que venían de los alevines socialistas, normalmente hijos de militantes. Eran chicos que venían de hacer acampadas en verano y se integraron en Juventudes Socialistas”. Algunos tocaban música en el “chiringuito” que les dejaron en la agrupación. Eduardo sin embargo ya despuntaba porque “siempre iba con los libros en la mano”. “Pero lo que destacaba ya entonces de él era el ansia que tenía por conocer el origen del socialismo y la Guerra Civil. Hablaba mucho con compañeros mayores que habían participado en la contienda y sobre todo con Ramón Rubial, que era un conversador nato con los jóvenes, con una memoria y paciencias infinitas”.

No cabe duda que aquellas conversaciones dejaron una fuerte impronta en el joven Madina, que siempre cita al que fuera presidente del PSOE como su mentor. Con el tiempo y los estudios de por medio, el joven Madina empezó a espaciar sus visitas a la agrupación, a la que no obstante sigue fuertemente ligado. El atentado terrorista que sufrió en 2002 a manos de ETA y que le causó la amputación de la pierna izquierda llevó la desolación a la agrupación y provocó “muchas lágrimas”, rememora Carlos López. Con posterioridad el hecho de ser diputado en Madrid no le ha impedido acudir a la agrupación de Deusto a impartir charlas a un puñado de militantes aprovechando que suele regresar con frecuencia a Bilbao, donde tiene casa. “Es muy compañero de la agrupación”, resume.

Pese a su dilatada trayectoria política, siempre en un discreto segundo plano, muchos se preguntan cómo es el candidato en las distancias cortas. “Su gesto... La primera impresión que da es que es algo adusto, pero solo es eso porque en realidad es muy cariñoso y cercano”, revela su compañero. “No ha cambiado un ápice respecto a su compromiso con la sociedad y la justicia social. Es un hombre muy preparado intelectualmente, con las ideas muy claras y el mismo entusiasmo que tenía a los 17 años”, desgrana.

Credibilidad y valentía Francisco introduce el factor candidato. “Eduardo no es el típico producto americano que entra por los ojos”. Sin mencionar directamente al telegénico Pedro Sánchez -“todos los candidatos son buenos”, puntualiza-, alude a que el reto más importante al que se enfrenta el partido “no es tanto el programa como que los ciudadanos crean al Partido Socialista. Eduardo no entrará por los ojos pero tanto la persona como su trayectoria tienen credibilidad”.

Todo ello remite a una de las virtudes del candidato que más valoran sus compañeros, su “valentía”, que haya conseguido con su órdago de “un militante, un voto” que los afiliados socialistas puedan elegir por primera vez sin intermediarios. “Yo, en 40 años de militancia, no he metido la papeleta en la urna jamás, siempre a través de los delegados”, exclama Carlos con entusiasmo. ¿Y hay presiones para votar a uno u otro? “No sé lo que ocurre en otros sitios pero en Euskadi no hay presiones ni la sensación de que si apuesto por uno me pueden pasar factura”, ilustra Francisco.