Apoyó la reunión de 'Los tres Durangos' en 1984
bilbao. Desde México, país solidario que acogió a numerosos ciudadanos vascos republicanos y nacionalistas exiliados de la Guerra Civil, nos llegan tristes noticias. Desde su capital, desde el Distrito Federal, comunican que en mayo pasado falleció Juan José Arrillaga, un hombre con corazón dividido por el océano Atlántico que llegó a ser presidente del Centro Vasco Euskal Etxea de México (1983-86) y que en la actualidad era presidente de Gaztelupe México. Arrillaga apoyó desde su cargo el encuentro de 'Los tres Durangos': el acordado entre los ayuntamientos de las localidades de Bizkaia, México y Estados Unidos. En aquella ocasión, la reunión se celebró en el país azteca en 1984. Este encuentro, con algún cambio, se iba a volver a realizar en el Durango vasco días después de los atentados del 11-S de 2001 a las torres gemelas de Nueva York y el "terror" del momento obligó a dejar en stand-by la cita.
Desde la República de los Estados Unidos Mexicanos (nombre oficial del país), Jaione Arrieta Galarraga recuerda a la esposa de Juan Jose Arrillaga y a sus hijos Javier y Lorenzo, así como al resto de familia, amigos e integrantes de la comunidad vasca mundial para enviarles "un recuerdo y abrazo". Arrillaga fue un referente en México en los dos centros citados y un habitual en los fogones de Gaztelupe México.
Juan José Arrillaga Irusta presidió la junta directiva del centro vasco, creado como asociación civil en Ciudad de México el periodo que engloba 1983-1984, 1984-1985 y 1985-1986. Tomó el relevo del máximo representante saliente, Sarria. Cuando Arrillaga dejó su cargo en septiembre de 1986, accedió a la presidenta de la entidad Rufino Prieto Tellechea, quien permaneció en el cargo dos años. El próximo dirigente del centro fue Gartzen Iñarritu, con 303 socios.
Una memoria aportada por uno de estos componentes señala que durante la presidencia de Arrillaga, el importante Centro Vasco vivió unos "desarrollos normales", "los de costumbre". Durante su mandato, se ofertaron clases de euskera, también hubo una "video-casetera" -se llama allí a una videoteca- con películas sobre temas vascos y una bibliografía dedicada a Euskadi.
En noviembre de 1983, Arrillaga impulsó gracias a Josu Landa con un taller cultural que se mantuvo hasta la "repentina" marcha de Landa a Venezuela. "Mientras los niños jugaban en el patio bajo la atenta mirada de las madres que aprovechaban un poco de ocio y 'medio' tiempo libre para conversar y olvidarse de las tareas cotidianas, las actividades deportivas y los constantes y perseverantes jugadores de mus" se daban en el Centro Vasco.
el deporte Las actividades, partidos, entrenamientos, y las competencias de "trinquete" que, con Arrillaga en la presidencia, se llevaron a cabo en 1983 en el frontón del Centro Vasco (los domingos) permitieron asistir a los Torneos Internacionales de Paleta y Cesta Punta en San Francisco, en Mildfor, USA, en Biarritz -así como en otras localidades de Euskal Herria- y en México en el Parque Mundet.
En 1984 la pareja del Centro Vasco que representó a México en el campeonato mundial amateur de Jai Alai que se celebró en Montevideo, resultó subcampeona. El año siguiente las parejas del Centro Vasco quedaron txapeldunes en el Campeonato Nacional de cesta punta Jai Alai y en el de paleta, por lo cual fueron programados para representar a México en el Campeonato Mundial que se celebraría en Euskadi en 1986.
El juego de mus por su parte llevó a los vencedores a competir a Venezuela (1984), Donibane Garazi (1985) y Estados Unidos (1986).
la cultura Con todo, la actividad en la casa vasca de la diáspora azteca fue -según relatan las crónicas del centro- "extraordinaria" en aquellos 3 años. Un festejo pro damnificados de Euzkadi (1983), un ciclo gastronómico en el Txoko (1984) y la colaboración, ese mismo año, del Centro en el acto cultural 'Encuentro de los Tres Durango' -México, Colorado y Bizkaia, territorio histórico en el que aún hay un monumento al acuerdo institucional conjunto en el barrio de Magdalena-, que en aquella ocasión se celebró en la ciudad del país azteca con asistencia de txistularis y acordeonistas del centro.
Durante su presidencia también se impulsó un logro recordado. Fue cuando el 15 de enero de 1986 Julio Goyen Aguayo trató de encontrar los restos mortales del célebre y gran tenor vasco Florencio Constantino y Carral, fallecido en México el 19 de noviembre de 1919. Se localizó entonces sus restos en la tumba propiedad del Centro Vasco en el Panteón Español y tras exhumarse sus restos el 24 de enero fueron trasladados el 26 en Aerolíneas Argentinas a Buenos Aires. Al día siguiente el Centro Vasco le realizó un homenaje.
Como colofón de este trienio de ejercicio, la Junta Directiva de Arrillaga pidió disculpas por "si en algún momento no tuvo la delicadeza necesaria de comportamiento para con todos los asociados y amigos", queda escrito para la historia en el documento Euskal Etxea de la Ciudad de México, investigado por Amaya Garritz Ruiz y Javier Sanchiz Ruiz.
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