El jurado popular no ha tenido dudas y apenas le han hecho falta tres horas para declarar la culpabilidad de Lionel B. En el veredicto que ha hecho público este viernes, considera probado que asesinó a su pareja, Rebeca, con ensañamiento y alevosía, en el bar que esta regentaba en el barrio bilbaino de San Francisco. También que la maltrataba de forma habitual, tanto física como mentalmente, y rechazada que el alcohol y la cocaína que dice haber consumido aquel día alterara su percepción de la realidad. Únicamente ha aceptado la atenuante de confesión. Ahora, con este veredicto, es el juez el que tiene que dictar sentencia, que puede alcanzar los 25 años de prisión por el delito de asesinato y tres por el maltrato habitual.

El jurado popular, compuesto por seis mujeres y tres hombres, recibía sobre las 11.00 horas, tras una semana de vista oral, el objeto del veredicto que debían responder para declara o no culpable al acusado de los cargos que pensaban sobre él. Le han bastado tres horas para dictar veredicto y lo ha hecho, además, por unanimidad en prácticamente todos los aspectos sobre los que debía dilucidar; solo para la atenuante de confesión han mostrado más dudas. "Quitó la vida voluntariamente a Rebeca de manera sorpresiva y sin posibilidad de defensa y de reacción por parte de ella", han fallado.

Han considerado probado que, la madrugada del 28 de diciembre de 2022, el hombre mató a Rebeca en el bar Ilargi de la calle San Francisco, acuchillándola en 18 ocasiones hasta que esta se desangró. Aunque previamente había mantenido una actitud "aparentemente cordial", según recogieron las cámaras de seguridad del local, la atacó de forma "sorpresiva", sin que ella pudiera defenderse, agarrándola, tirándola al suelo y arrastrándola hasta la cocina. Aquí, cogió un cuchillo de 20 centímetros de hoja y un objeto de vidrio, con los que le provocó las heridas que terminaron con su vida. Lo hizo, además, incrementando "innecesaria y deliberadamente" el dolor y el sufrimiento, una agravante que incluso la defensa había admitido durante el juicio. Y con toda la intención de querer matarla, es decir, con alevosía, "por el hecho de ser mujer y como acto de dominio y superioridad", ya que el condenado tiene antecedentes de maltrato con anteriores parejas e incluso con Rebeca.

Sin atenuante de consumo de alcohol

No admiten, eso sí, que el alcohol y la cocaína que dijo haber consumido aquella noche alterara su percepción de la realidad. "Ni la versión de algunos agentes que acudieron a la llamada ni la falta falta de valoración por parte de los peritos toxicológicos han confirmado que se encontrara en estado de embriaguez en ese momento", ha argumentado el jurado. No constan antecedentes ni informes médicos que prueben un supuesto alcoholismo y tampoco consideran acreditado que el motivo por el que la atacó fue que ella le dijera que iba a dejarle y que había mantenido relaciones con otros hombres. "Los motivos de ruptura de Rebeca no justifican la reacción violenta de Lionel", han advertido.

Las dudas se han instalado entre los miembros del jurado a la hora de decidir si la llamada que realizó para relatar a la policía lo que había hecho supone una confesión o no, lo que actúa como atenuante. Por solo un voto de diferencia, han considerado finalmente probado que, "pese a su tardanza, sí realizó la confesión", una vez que el amigo al que llamó para contarle lo ocurrido le advirtiera de que le iba a denunciar.

Maltratador habitual

Finamente, en el juicio ha quedado acreditado, tanto por las pruebas como por su propia confesión, que el hombre ejercía violencia física y psíquica contra su pareja de manera habitual.

El dinero que tanto el asesino como su familia envían a la hija de la víctima, que viven en Bolivia, otro de los atenuantes que había planteado la defensa para tratar de reducir tanto los cargos como la posterior sentencia, "no son suficientes" para disminuir el daño causado.