El euskera, como es bien sabido, se habla actualmente en Euskadi, en el norte de la península, y en lo que conocemos como Iparralde. Por lo tanto, convive principalmente con el castellano y el francés. Curiosamente, su origen es desconocido y representa un caso único en todo el mundo. Aun así, y en cierta medida, comparte alguna semejanza con lenguas de Europa y otros continentes.

Debido a sus estructuras verbales, fonéticas y de sintaxis, entre otras, el euskera guarda algunas similitudes con otros idiomas. A continuación, hacemos un repaso de cuáles son y qué parecidos tienen con la lengua vasca.

Las chapas que portan los participantes en Euskaraldia, 'belarriprest' para quienes se inician en el euskera y 'ahobizi' para quienes lo dominen. Redacción DNA

El idioma húngaro

En lo que al continente europeo respecta, el húngaro es el que puede guardar parecido con el euskera. A pesar de que no están emparentados, pues el primero pertenece a la rama urálica y el segundo es un idioma aislado, sí que presentan algún que otro parecido.

Parece que ninguno de los dos tiene nada que ver, pero contienen más parecidos de lo que uno piensa. Hoy en día, el húngaro o magiar se habla en Hungría, aunque también en algunas zonas de Rumanía como Transilvania, y en países limítrofes como Austria y Serbia, entre otros.

Dentro de la mencionada familia, se clasifica dentro del subgrupo de las lenguas ugrofinesas. Por lo tanto, el húngaro está estrechamente ligado al finlandés, estonio y otros idiomas similares hablados en el centro de Rusia y casi Siberia, no muy lejos de la cordillera de los Montes Urales.

Fotografía del parlamento húngaro, en la capital del país, Budapest Px Here

Algunos ejemplos

El primer parecido que comparten el euskera y esta lengua urálica es la formación del plural. El idioma vasco suele incluir una 'k' al final de las palabras en este caso gramatical. A modo de ejemplo, en euskera la fruta ‘manzana’ se dice ‘sagarra’, por lo que su plural sería ‘sagarrak’.

Y, paralelamente, en húngaro su significado es ‘alma’, que en plural sería ‘almak’. Otro punto en común de ambos idiomas es la inclusión de una 'n' al final de los nombres de ubicaciones o lugares. Por ejemplo, tanto en húngaro como en euskera, la ciudad de Budapest se reconoce como 'Budapesten'.

A diferencia de muchas otras lenguas que se hablan en Europa, el euskera y el húngaro comparten palabras complejas. Es decir, la palabra 'primavera', que en euskera se dice ‘udaberri ‘y en húngaro es ‘tavasz’; en vasco, ‘mar’ es ‘itsaso’, y en magiar es ‘tenger’.

En esta última característica, los dos idiomas exponen sonidos muy similares. La lengua magiar tiene 'cz','cs' o 'c' , mientras que nuestro idioma posee los 'tz', 'ts' y 'tx'.

Acerca del japonés

Y de Europa, pasamos a Asia, precisamente a Japón. De acuerdo con un estudio elaborado por Euskaltzaindia, en el que participa León de Rosny, profesor de lenguas orientales, este idioma asiático alberga varias coincidencias con el euskera.

La primera de ellas consiste en las reduplicaciones. Es más, en euskera se repite un vocablo que no repite el sufijo incorporado: ‘egun egunean’ (en el mismo día) o ‘eder ederra’ (precioso). El japonés tiene un ejemplo perfecto: ‘sima simani’ (en todas las islas).

Del mismo modo, estos dos idiomas poseen verbos infinitivos acabados en 'i'. Sin ir más lejos, en japonés podemos encontrar las palabras tukuri (hacer), kakusi (ocultar) y konomi (amar). 

A mencionar que ambas lenguas guardan el vocablo nominal del fenómeno atmosférico. Es decir, en euskera se dice ‘euria da' (llueve) o ‘elurra da’ (nieva). Y en japonés se dice ‘amega furu’ (llueve) y ‘yukiga muur’ (nieva).

Por otro lado, existen varios tratos del lenguaje dependiendo de receptor del mensaje: el familiar, el más cercano y el más respetuoso.

Mientras que algunas teorías sostienen que el japonés forma parte de las lenguas altaicas, otras apuntan a que está dentro de la familia lingüística del mismo nombre.