El lehendakari ha reivindicado este martes el salto que ha dado Euskadi en términos de proyección internacional tanto a nivel económico como turístico, y los esfuerzos que se están realizando en un terreno más político para que tenga voz en las instituciones europeas. Apostó por “una Euskadi diferenciada, atractiva, que ocupe un lugar preferente en Europa y en el mundo”, reforzando su acción exterior y su papel ante los organismos internacionales.

En el marco del Consejo Asesor de Acción Exterior que ha tenido lugar en Gasteiz, Iñigo Urkullu repasó un escenario mundial marcado por la ausencia de certezas y seguridades, con la invasión de Ucrania, la guerra entre Hamas e Israel o las sequías e inundaciones, un constante runrún de crisis acompañado también de un contexto de cambios, de transiciones en materia energética y social. En esa situación, el lehendakari agradeció las aportaciones recibidas por parte del consejo asesor y puso en valor la proyección internacional de la marca vasca, empezando por el Año Euskadi Japón 2023, un proyecto para posicionar a los vascos en el mundo que “el propio embajador Nakamae, hace unas semanas, calificó de exitoso”. “Destaco también la Gran Départ del Tour de Francia. Otro auténtico proyecto de país, cuyos resultados confirman que estamos preparados para acoger estos proyectos", valoró.

Pero Urkullu quiso centrarse de manera específica en la agenda europea, prioritaria dentro de la estrategia de su Gobierno, porque en ese terreno se toman decisiones que afectan a Euskadi. De ahí que el lehendakari haya insistido en que Euskadi tenga voz y voto en los órganos europeos, o en que se active ya la macrorregión atlántica para que los territorios del oeste no pierdan influencia en el reparto de las inversiones ferroviarias o energéticas. “Somos europeístas y trabajamos por posicionar Euskadi como nación europea. Un referente por el nivel de bienestar, la cohesión social y las soluciones ofrecidas a los retos globales”, dijo. Destacó el impulso a la macrorregión para que los intereses de esos territorios “no queden aislados” (acaba de reunirse en Bruselas con autoridades de la Comisión Europea con ese fin), apostó por la oficialidad del euskera, y dio valor a la propuesta articulada que él mismo hizo llegar a la Comisión para contar con un protocolo que permita a las regiones y nacionalidades constitucionales tener voz y voto. 

Tras destacar el espíritu de “colaboración” que está detrás de sus propuestas, reiteró su “confianza” en Europa y en Euskadi y en sus valores, que serán un “muro frente a los populismos”.