No hay dos sin tres. De nuevo, en agosto este espacio de los diarios de Grupo Noticias estará ocupado por 31 sugerencias de paseo por Euskal Herria. ¿Paseo? Confieso que no sé si he escogido la palabra correcta. Es verdad que algunas de las propuestas responden a ese término, pero en otras, vamos una gotita más allá. O, mejor dicho, van, porque son Juan Carlos Muñoz y Mar Ramírez, avezados senderistas, los que de la mano de la editorial SUA –la referencia por antonomasia en este campo–, nos proponen 31 rutas por algunos de los parajes más intrincados, a la par que bellos, de Euskal Herria. Todas se incluyen en un único volumen bajo el esclarecedor título Rutas a foces, gargantas y desfiladeros.

Variedad total

La propia presentación del libro no puede ser más explícita: “Las montañas se empeñan, en ocasiones, en extender sus brazos dando forma a sierras y estribaciones que cortan el paso a la huida de los ríos. Pero estos no se han achantado y, aceptando el órdago, se han comido la roca, han abierto estrechos pasos, desfiladeros, foces y gargantas en los que reina la humedad”. Y lo bueno es que tenemos multitud de esos espacios repartidos a lo largo y ancho de los siete territorios. De ese modo, podemos ser fieles al objetivo que nos trazamos en la primera edición: que hubiera representación de todos los herrialdes y que, al tiempo, todas las sugerencias estuvieran, por distancia, cerca de las lectoras y los lectores de nuestras cuatro cabeceras.

Escojan

Lo complicado, como siempre, será escoger. Ahí habrá que dejarse llevar por los gustos y las facultades físicas. El abanico no puede ser más amplio. Tenemos desde los más accesibles, como Delika, el camino sencillo a un joven Nervión, a Kakueta, la garganta más salvaje de Europa (aunque de dificultad no muy alta) pasando por Ehujarre, en Zuberoa, donde hay que aplicarse algo más.

Indicaciones

La legendaria (por varios motivos, alguno muy triste) foz de Lumbier –Nafarroa–, Istora –Araba–, el barranco de Arbe –Gipuzkoa–, o el de Tolgorri –Bizkaia– son otras de las propuestas. Algunas llevan apenas hora y media de pateo, y otras se acercan hasta las cinco. En todos los casos, lo abrupto del paisaje y el deleite para los ojos está asegurado, Y en cuanto a las indicaciones, pueden estar seguros de que tendrán toda la información para llegar sanos y salvos a su destino. Aunque, qué caray, a veces dan ganas de perderse. ¿O no?