TODOS somos iguales, ¿para qué esforzarse? Mejor divertirse en clase, burlándose de ese y aqueste. Aunque términos tales ya apenas nadie los entiende. Dormitar, soñar, mientras bajo la mesa del pupitre el móvil se enciende con los mensajes y los vídeos últimos de sus compañeros de bandidaje. Pasaron de curso sin haber aprendido, el profesor se tenía que detener repitiendo la canción del año pasado, porque en matemáticas quien no sabe lo primero no puede hacer lo segundo, como también pasa con la lengua, quien no sabe leer o apenas lee poco avanzar puede.

Los resultados sobre el declive de la educación en España son evidentes, atroces. Los últimos informes han obligado al gobierno a retroceder y buscar un plan de choque con refuerzo en matemáticas y comprensión lectora. Una partida adicional de quinientos millones lo apoyará, como si lo esencial fuera el presupuesto y no los torcidos y torpes planteamientos, el modelo analfabetista que se consagra en los centros de enseñanza con necias leyes.

La Real Academia de la Lengua también denunció el derrumbe lingüístico general y la necesidad de hacer un pacto educativo para que nuestros jóvenes aprendan bien su propia lengua y puedan acceder a la literatura, para expresarse convenientemente. Quien no sabe hacerlo luego tiene muchos problemas para aprender otras materias. Sin hablar de la casi extinción de lenguas clásicas... Y de la historia, no hablemos, ¿de dónde sale España? Imaginemos.

Una democracia se basa en el autogobierno del pueblo por medio de sus representantes, pero no pueden elegirlos ni escoger nada si no saben, y con un pueblo cada vez más necio, la democracia se va extinguiendo, ya que es más bien un votar al azar o por sentimientos que por razonamientos y conocimientos. La izquierda clásica, los antiguos socialistas, comunistas y anarquistas bien claro lo tenían y se empeñaban en adoctrinar y enseñar porque quien no sepa leer bien está vendido en el mundo en que vivimos.

Se ha relajado el nivel hasta el punto de que algunos profesores cometen serias faltas de ortografía, según se ha ido comprobando en las oposiciones. La literatura, arrinconada, olvidando que es maestra en psicología, mostrando caracteres, el sentido de la vida, los problemas de las gentes y algunas posibles soluciones... No es solo una fantasía entretenida sino un desvelamiento por medio de la ficción. Pero ficción se diría que es lo que tenemos hoy; se encierra a nuestros jóvenes obligatoriamente durante su juventud con un fin malogrado por la estupidez de quienes concibieron un sistema amorfo, y todo por ir contra toda educación tradicional, sin considerar qué era bueno, qué podría o no conservarse.

El alumno que habían detectado como un superdotado se aburría otro día más bostezando, haciéndose el malo para divertirse un poco, ya que el talento no es apreciado.