Sexo, drogas y rock and roll es ese tópico que describe muchas situaciones, literal y metafóricamente. En el caso de la historia que cuenta La ruta hay que sumarles la amistad y ciertos toques de romanticismo, con el amor atormentado como telón de fondo. A partir del 13 de noviembre serán Marc, Toni, Sento, Nuria y Lucas quienes con su relato acercarán al espectador a un circuito de diversión que fue muy real en la Valencia de los años 80 y 90, y que se trasladó a muchas otras partes del país.

Se estrena en Atresplayer Premium el 13 de noviembre

Àlex Monner, Claudia Salas, Ricardo Gómez, Elisabet Casanovas y Guillem Barbosa dan vida a unos jóvenes dispuestos a quemar sus hedonistas vidas en las interminables noches valencianas.

El viaje

La Ruta ha sido creada por Borja Soler y Roberto Martín Maiztegui. Fue presentada en el marco de Zinemaldia y desde el primer capítulo muestra de forma francamente realista cómo era la vida de una parte de los jóvenes que vivieron unos años intensos amparados en los sonidos que les dispensaba lo que se denominó música bakalao. Un fenómeno que hizo correr ríos de tinta y que muchos hoy recuerdan perfectamente. El equipo de producción y guion se encuentra en estos momentos preparando la segunda parte y con un escenario diferente, Ibiza, otro mito para los bailones.

La serie es un relato inverso: comienza en 1993 y hace una retrospectiva de doce años para poner a los personajes en perspectiva. “Ha tenido sus dificultades esto de narrar en dos tiempos e ir hacia atrás, pero era necesario para que los protagonistas cobraran después su papel real”, dicen los dos creadores de esta historia, que se han documentado con algunos de quienes vivieron aquellos momentos de intensidad, que ya forman parte de la historia de un país que en los 80 quería vivir a tope y librarse de las influencias de una larga dictadura que acaba de terminar.

Los cinco protagonistas, en un momento de relax.

Los cinco protagonistas, en un momento de relax.

Marc, Toni, Sento, Nuria y Lucas pasan de la inocencia a la madurez a lo largo de los años más significativos, y también menos conocidos, de la Ruta destroy o Ruta del bakalao. Su viaje comienza en torno a los dieciocho años y acaba alrededor de los treinta, la época quizá más importante de sus vidas, la que definió quiénes son y determinó su futuro. Son los años que Valencia se pasó bailando, los que muchos hoy querrían haber vivido y los que solo algunos pueden recordar.

Testimonios

“Es increíble. Había muchas personas que se acercaban y te comentaban cómo habían vivido ellas la Ruta del bakalao. Hay muchas historias detrás de cada sonido, de cada canción. Es mucha la gente que ha vivido todo lo que se produjo en Valencia en esas décadas y también es increíble que cada uno de ellos lo viviera a su manera. Cada relato es muy personal”, señala la actriz Claudia Salas, protagonista femenina de esta serie. “La Ruta me está aportando muchísimo, como persona y como actriz”, asevera Salas. 

Àlex Monner define a su personaje como intenso y oscuro, un joven que busca una luz que está apagada y que lleva sin prenderse desde que a los veinte años comenzó a consagrarse como uno de los DJs más significativos de la movida valenciana. “Marc es una persona que a sus 20 años cree que va a ser de un modo, pero tras la ruta acaba siendo una persona diferente”, dice el protagonista principal de una historia que evoca momentos frenéticos, y destaca el mensaje que quiere transmitir la serie, que sin ocultar el trasfondo hedonista y dislocado del mundillo de las discotecas, también ahonda en el movimiento cultural y social que surgió en los años 80 en Valencia. “La serie pretende contar esa historia que normalmente las leyendas de la ruta no cuentan”, concluye.

Elisabet Casanovas añade que “es como hacer un viaje en el tiempo. La Ruta pone en valor un momento clave que nace un lugar muy concreto”. 

“Sento representa un fenómeno que tiene que ver con la gente que se movió del mundo rural al centro de las ciudades”, explica Ricardo Gómez sobre su personaje, y que vive muy involucrado con el mundo empresarial: “Se da cuenta de que va a poder ganar en una noche más que su padre en todo el mes”.

Guillem Barbosa asegura que “Lucas lleva una lucha interior en sí mismo” y por esta razón ha trabajado a fondo su personaje. El actor asegura sentirse “enamorado” del papel que interpreta, el de “una persona con mucha magia”. 

Los cinco protagonistas coinciden en que están entusiasmados con los papeles que les ha tocado en el reparto. 

“Nos hemos empapado muy bien del ambiente donde se movía la gente de la Ruta del bakalao, que muestra la realidad de una sociedad que buscaba a cualquier precio momentos de diversión, ese no parar que puede llegar a aturdir”, añaden Borja Soler y Roberto Martín Maiztegui. 

Para los espectadores más jóvenes hay objetos y situaciones que no están en su organigrama vital de ahora mismo, y que quizá resulten difíciles de comprender, pero que formaron parte de una cultura basada en el entretenimiento llevado a la máxima potencia.

Marc, Sento, Toni y Nuria. Hedonismo y fiesta.

Marc, Sento, Toni y Nuria. Hedonismo y fiesta.

Este viaje en retrospectiva muestra cómo una amistad entre cinco jóvenes, que empezó tras salir de la adolescencia, se mantiene cuando en la juventud comienzan a dar pasos inseguros hacia la madurez, “un proceso en el que hay claros y oscuros en las relaciones, pero la amistad es uno de los ingrediente claves en la historia”, señalan los creadores, que ofrecen una somera descripción de cómo son los personajes protagonistas.

*  Marc (Àlex Monner), es un DJ de éxito en el momento de mayor repercusión y masificación de la ruta, una estrella de la noche valenciana de los 90. Todos quieren conocerle, todos quieren bailar lo que pincha, todos quieren ser como él... salvo Marc, que daría su vida por ser otro. Es inconformista, rebelde y con un punto tierno que intenta esconder a toda costa. 

*  Toni (Claudia Salas) es una rutera profesional. Se ha pasado los últimos doce años en las pistas de baile de Barraca, Chocolate, Puzzle, Espiral y otros nombres hoy míticos. Quizá por eso ya esté algo cansada y piense que es el momento de volver a casa, de dejar de escapar. Pero si alguien se toma otra, aunque sea una más… ella se quedará. Mantiene una relación personal con Marc, pero sabe que es difícil que sobreviva a la luz del día.

 * Sento (Ricardo Gómez) es un empresario de éxito, un tipo hecho a sí mismo. La noche es su casa y sus amigos son su familia. O al menos lo serán durante años, porque tarde o temprano deberá entender que todo se acaba, también la amistad, el amor y la ruta. 

*  Nuria (Elisabet Casanovas), por su parte, representa la parte más artística de la ruta, la de la moda, el diseño, la cartelería, una parte que poco a poco irá desapareciendo en beneficio de la música más makinera. Nuria, como la ruta, tendrá dos vidas, hasta llegar a no saber cuál es verdaderamente la suya. Una mujer de contrastes.

*  Lucas Ribó (Guillem Barbosa), por último, es uno de los pioneros de la movida valenciana, cuando la ruta aún era un movimiento cultural y transgresor. Y es que Lucas siempre ha estado decidido a ser quien es: por el día, en el pueblo, una oveja negra; por la noche, en Barraca, una estrella. Otro personaje lleno de contradicciones.

Recreaciones

“Para La Ruta ha habido un exhaustivo trabajo de localización, para que el espectador también experimente el viaje a la Valencia de los años 80 y 90. 

Àlex Monner y Ricardo Gómez, caracterizados de vividores natos del ‘mundillo bakalao’.

  En la serie se han recreado algunas de las discotecas más importantes de la época, como Puzzle, Espiral, N.O.D., ACTV, Spook, Barraca o Chocolate”, dicen los creadores de la serie. “Algunas de estas discotecas continúan abiertas a día de hoy, como Spook o Barraca, y otras han modificado sus instalaciones. Sin embargo, para todas ellas se ha investigado y se ha elaborado un plan, con el fin de reproducir la época de una manera fidedigna”, comenta Borja Soler.

  Puestas las bases, bienvenidos al mundo del baile desenfrenado... y mucho más, con sus luces y sus sombras, que acabaron siendo demasiado oscuras.