La Oficina de Naciones Unidas para los Derechos Humanos expresó este martes su “profunda preocupación” por la muerte de tres personas, así como la detención de otras cientos, durante las protestas convocadas en Senegal contra el aplazamiento de las elecciones presidenciales, y pidió que éstas sean investigadas.

Las muertes, producidas en las manifestaciones celebradas desde el pasado 9 de febrero en el país africano, deben ser investigadas de forma “rápida, exhaustiva e independiente”, y sus responsables han de “rendir cuentas”, indicó en rueda de prensa en Ginebra la portavoz de la oficina Elizabeth Throssell.

La fuente oficial urgió también a las autoridades a garantizar el debido proceso a las 266 personas detenidas durante las protestas, incluyendo periodistas.

Según los informes recibidos por la oficina que dirige el alto comisionado Volker Türk, las fuerzas de seguridad hicieron un uso “innecesario y desproporcionado” de la fuerza contra los manifestantes, además de aplicar “restricciones del espacio cívico”.

Throssell subrayó que, dada la convocatoria de nuevas protestas en el país, es “crucial” que las autoridades ordenen inequívocamente a las fuerzas de seguridad que respeten y garanticen los derechos humanos, incluidos los derechos a la libertad de expresión, asociación y reunión pacífica.

“Pedimos a las autoridades que garanticen que defienden la larga tradición de Senegal de democracia y respeto de los derechos humanos”, añadió la portavoz.

Senegal se encuentra sumido en una grave crisis política después de que el pasado 3 de febrero su presidente Macky Sall anunciara el aplazamiento indefinido de los comicios presidenciales, que estaban previstos para el próximo domingo 25 de febrero y que, en principio, podrían llevarse a cabo en el mes de diciembre.