Los hutíes destacaron ayer que los últimos bombardeos por parte de Estados Unidos y Reino Unido contra Yemen “no quedarán sin respuesta y sin castigo”, tras una octava oleada de ataques contra los rebeldes por sus operaciones contra buques en el mar Rojo.

El portavoz de operaciones militares de los hutíes, Yahya Sari, señaló que “aviones de la agresión británico-estadounidense han llevado a cabo 18 bombardeos durante las últimas horas”, sin pronunciarse sobre posibles víctimas. Así, afirmó que doce de los ataques aéreos fueron ejecutados contra la capital, Saná, y la provincia de Saná, mientras que tres alcanzaron puntos en la provincia de Hodeida. Además, dos de los objetivos bombardeados se encuentran en Taiz, mientras que otro está en Baida. Por su parte, Mohamed Alí al Huti, el presidente del Comité Revolucionario de los rebeldes yemeníes hutíes –el Gobierno interino establecido por los hutíes tras la toma de la capital, Saná, en 2015–, manifestó que los bombardeos “son un nuevo intento de disuadir a Yemen de apoyar a Gaza y detener sus operaciones navales, lo que no lograrán”.

“La agresión británico-estadounidense refuerza la determinación del pueblo de Yemen a hacerle frente”, señaló, antes de abundar en que “los estadounidenses y los británicos deben entender que se está en el momento de la respuesta”. “Nuestro pueblo no sabe rendirse”, afirmó Al Huti. “El pueblo yemení está luchando para impedir el genocidio y el asedio al pueblo de Gaza, mientras que los estadounidenses están luchando y bombardeando al pueblo de Yemen para proteger al criminal terrorista, el enemigo israelí. Hay una diferencia entre ambas opciones”, sostuvo. En este sentido, Al Huti trasladó a Washington y Londres que “su agresión no es nada nuevo”. “Es lo que estos dos países han estado haciendo contra Yemen desde 2015. La agresión es una y el criminal es uno. No pueden usar la respuesta yemení a su agresión contra Yemen como una excusa”, zanjó

Cameron defiende los ataques

El ministro de Exteriores británico, David Cameron, defendió por su parte los últimos bombardeos e insistió en que son parte de las acciones para “degradar aún más” las capacidades de los rebeldes para atacar buques en el mar Rojo, en el marco de su respuesta a la ofensiva de Israel contra Gaza tras los ataques ejecutados el 7 de octubre por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás).

Cameron indicó que las acciones de los hutíes son “inaceptables” e “ilegales” e insistió en que suponen una amenaza a la libertad de navegación en la zona, al tiempo que ha abundado en que Washington y Londres están ensamblando una coalición para “respaldar los pasos que se están dando”, según informó la cadena de televisión británica BBC.

De esta forma, recordó que los rebeldes han llevado a cabo doce ataques contra buques desde los primeros bombardeos conjuntos contra Yemen, hace diez días, y argumentó que Estados Unidos y Reino Unido quieren “enviar el mensaje más claro posible” de que seguirán respaldando con acciones sus declaraciones contra estos incidentes en el mar Rojo.

El ministro de Exteriores de Reino Unido expresó su confianza en que los bombardeos están afectando las capacidades de los hutíes y acusó a los rebeldes de incrementar las tensiones en la región, antes de manifestar que “no debe aceptarse” la narrativa de los rebeldes sobre la vinculación entre sus acciones y la ofensiva contra Gaza.

En corto

Los últimos bombardeos. El Departamento de Estado de EE.UU. indicó que entre los objetivos atacados estaba un almacén subterráneo y varias instalaciones de vigilancia y de misiles de los hutíes, en lo que describió como una serie de “ataques adicionales, proporcionados y necesarios”. “Nuestro objetivo principal es reducir la escalada de tensión y restablecer la estabilidad en el mar Rojo, pero reiteramos nuestra advertencia a los dirigentes hutíes: no vamos a vacilar en defender las vidas y la libre circulación del comercio en una de las vías marítimas más importantes del mundo”, dijo el Pentágono.

Objetivos. El Mando Central de Estados Unidos apuntó que los bombardeos tuvieron como objetivo instalaciones y sistemas de lanzamiento de misiles, sistemas de defensa aérea, radares y almacenes de armas “enterrados profundamente”, según reza un comunicado en X.