Ucrania acelera su producción de armamento ante el temor de que conflictos como el de Israel o un eventual cansancio de Occidente afecten la asistencia económica y bélica a Kiev, mientras que sus tropas repelen en la ciudad oriental de Avdivka la ofensiva de las fuerzas rusas.

“Agradezco a todos los líderes, a todos los países que nos ayudan con armas, equipamiento y suministros (...), pero es evidente que el rumbo fundamental del Estado es nuestra propia producción, nuestras propias armas, nuestras propias municiones para las fuerzas de defensa”, declaró ayer el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, en su habitual mensaje diario a los ucranianos.

Ucrania está lista para producir “de todo, desde misiles y drones hasta vehículos blindados y municiones del calibre necesario” para “proporcionar a nuestros guerreros más capacidades armamentísticas ucranianas”, según el jefe del Estado.

El asesor de la oficina presidencial ucraniana Mijailo Podoliak declaró a la televisión pública ucraniana que Kiev buscará incrementar la producción de misiles de largo alcance para lograr la paridad con Rusia y poder enfrentar sus ataques.

Si queremos tener paridad, entonces necesitamos no sólo producir drones, sino también misiles. Y ya hemos probado prototipos experimentales que tienen un alcance de 750 a 1.000 kilómetros”, aseveró. En ese sentido, reconoció que Ucrania todavía no puede producir miles de misiles mensuales, pero aseguró que “está trabajando en ello”.

En el frente

La preocupación de Kiev respecto a sus arsenales es natural ante el incremento de la capacidad bélica rusa, que ha impulsado considerablemente la producción de armas e incluso podría estar acumulando reservas para futuras ofensivas.

La inteligencia militar británica observó ayer en su informe diario que Rusia no ha utilizado su aviación de largo alcance en las últimas tres semanas y ha priorizado los ataques con drones. Esto podría significar, señaló, que el Ejército ruso está “preservando sus reservas de misiles AS-23” para reanudar sus intensos ataques aéreos contra Ucrania en invierno, al igual que el año pasado, cuando puso al borde del colapso la infraestructura energética ucraniana.

En tanto, el epicentro de los combates en el frente ucraniano se ha trasladado del sur de Ucrania al este: el Ejército ruso lleva cuatro días con una intensa ofensiva contra los flancos de Avdivka en un intento de cercar esta urbe cercana a Donetsk.

El jefe de la administración militar de la ciudad, Vitali Barabash, reconoció en la televisión pública ucraniana que los combates son “encarnizados y sin interrupción”. La pasada noche “fue muy caliente” debido a los incesantes combates, con duelos de artillería y fuego de armas ligeras, durante los cuales la aviación rusa ha estado muy activa y los rusos “salen de todos lados como cucarachas, son muchos”, resumió.

Sin embargo, según Barabash, los soldados ucranianos “se han mantenido en sus posiciones durante cuatro días, estoy seguro de que resistirán, porque no son personas, son titanes”.